Barcelona 3-2 Celta

El Celta se derrumba en 8 minutos

Bamba se lamenta en una acción del partido de ayer en el que el Celta perdió en la visita al Barcelona.
photo_camera Bamba se lamenta en una acción del partido de ayer en el que el Celta perdió en la visita al Barcelona.
Desperdicia un 0-2 en el minuto 80 y cae ante el Barcelona (3-2) tras un desastroso tramo final. La salida del campo de Iago Aspas, cansado por el esfuerzo, resultó letal

"Poco dura la alegría en casa del pobre", es una de esas frases hechas que, con sentido o sin él, pueden describir el enfrentamiento vivido ante el Barcelona por parte del Celta. Y, pese a todo, el conjunto vigués continúa siendo un pobre de Primera División, que viene de salvarse en la última jornada, y rozó la victoria ante un rico, un multimillonario, pese a palancas, reducciones de salario y recortes. Y, precisamente, tener ese músculo te permite disfrutar de jugadores de gran nivel e, incluso fichar a Joao Felix y Joao Cancelo en los últimos días de mercado para que decidan enfrentamientos como el de ayer, cuando todo estaba perdido y el centrocampista reactiva a su equipo con una asistencia de libro y el lateral desequilibra con dos diagonales hacia el corazón del área, que fueron puñales directos al corazón de un Celta que pasó de estar en la gloria, en el mejor lugar posible, a verse con la derrota encima casi sin pestañear. Dura poco la alegría.

Durante ochenta minutos, el enfrentamiento firmado por el equipo vigués resultó un manual de juego al contragolpe. Defensa y velocidad desde la pizarra de Rafa Benítez y ejecutada en el campo desde las piernas, la velocidad y la cabeza de Bamba, Iago Aspas y Strand Larsen, con un compartamiento futbolístico superior, de auténtica belleza en el manual de su entrenador, de saber lo que hacer con el esférico cada vez que se recuperaba. Peor la alegría, ya se sabe, dura poco en casa del pobre. Ayer, 80 minutos. 

En todo ese tramo de partido se vio un Celta de gran nivel situado en un bloque bajo o medio bajo. En todo caso, defensivo con la misión de esperar al Barcelona que tenía que atacar, especialmente en el centro. Allí esperaba una especie de ‘trivote’ falso con Beltrán, Luca de la Torre y Bamba con el internacional marfileño ofreciendo un recital futbolístico a pierna cambiada. Tres entre los cinco atrás y los de adelante. Juntos, solidarios y de calidad. Para asociarse y correr. Y el plan salió, casi a la perfección, el casi fueron esos diez minutos finales. 

Tocaba el Barça, pero pronto se vio que no encontraba el camino y se asustó en la primera mano de portero de élite mundial como es Ter Stegen. Dejada de Larsen al primer toque para Aspar, que controló mal pero remató al segundo palo. Se estiró el alemán. Poco después, llegó el tanto del delantero noruego en una saque de esquina mal despejado por la formación local y con pase de Luca de la Torre para el noruego, que cruzó ante el cancerbero blaugrana para adelantar a los célticos. 

Por aquel entonces, el equipo de Xavi Hernández empezaba a estar desbordado. No encontraba el camino hacia la portería céltica y el Celta robaba en su balcón del área para salir con velocidad, bien en las descargas a Bamba o en el pase rápido. Casi siempre con Bamba metido en el comienzo o la transición de la acción. Defensa y verticalidad a la contra. Y volvió a aparecer Ter Stegen para sacar la mano ahora al remate de cabeza de Larsen, el rechace lo desvió Oriol Romeu con la punta de la bota ante Bamba y de la Torre, todavía en al área, no encontró portería. Se le empequeñeció la portería al voluntarioso americano que, en un plan de partido de transición, de físico, crece como futbolista.  Por ahora, había alegría. 

Con renta viguesa se llegó al descanso y Xavi Hernández movió el banquillo. Sin efecto porque la peligrosidad seguía teñida de celeste. Iago Aspas falló tras su regate clásico en la primera ocasión de la reanudación. Eran unos minutos en los que faltaba el segundo gol del Celta, pero los blaugrana comenzaron a llegar con dos acciones de Ferran Torres, la primera con regalo de Ristic en un mal pase, pero erró el atacante. Esas ocasiones resultaron islas porque continuó el guión del partido con defensa céltica y salidas a la contra. Volvió a hacerlo Bamba, que se asoció con Aspas y el pase a Douvikas al espacio, no llegó por centímetros. Era para un mano a mano. No pasarían ni diez minutos para, en el segundo intento, si llegar el envió del moañés a destino. Antes Bamba recuperó cerca del saque de esquina propio, con calma, se asoció con Mingueza, el balón pasó por Beltrán y regresó a Bamba cabalgando la banda. El internacional marfileño encontró a Aspas y corrió para abrir el campo. El pase fue al costado izquierdo para Douvikas, que resolvió ante Ter Stegen para poner el segundo gol céltico merecido, trabajado y buscado desde la pizarra y el campo. Y no llegó antes porque el guardameta alemán volvió a meter una mano de nivel sideral en un remate de Bamba.

Era todo alegría en casa céltica, en casa del ‘pobre’. Pero, ya se sabe que no dura mucho, y terminó con la marcha de un Aspas asfixiado del campo. Poco después, llegó el primero con pase de Joao Félix para Lewandowski. Dio en el larguero y, en lugar de salirse, entró. Todo terminó. Después apareció dos veces Joao Cancelo entre el lateral y el central. En la primera asistió al polaco y, en la segunda, tocó a la red al adelanterse a Carlos Domínguez e Iván Villar en un centro sin tapar. Tristeza habitual en casa del pobre.

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