El Celta no da por segura la ausencia de Carlos Domínguez ni tan siquiera en el partido de este domingo en Cádiz, aunque el parte médico dictase ayer que sufre una elongación en el semitendinoso del isquiotibial de su muslo izquierdo, molestias por la que dejó el campo en el descanso el pasado sábado ante el Barcelona. Las pruebas de imagen han dictaminado el problema pero no el periodo de baja, que dependerá de las sensaciones del jugador entre hoy y el sábado.
Porque Carlos no quiere poner freno al momento de su despegue. El canterano ha enlazado nueve partidos con minutos por primera vez en su carrera en el primer equipo y, lo que es más importante, ocho de ellos como titular, incluidos los siete más recientes. Cierto que los problemas físicos de Carl Starfelt le abrieron la puerta, pero él la ha mantenido de par en par por sus actuaciones, mostrando aquellas virtudes que hace ya tres temporadas llamaron la atención de Eduardo Coudet: fiabilidad, contundencia física y rigor táctico. Además de una velocidad en distancias cortas positiva.
Tras aquellos primeros cuatro partidos en la recta final de la campaña 20/21, le costó el siguiente curso mantener esas cualidades, pero aún así jugó 8 encuentros, tres en el once, y tuvo el premio de la renovación en enero hasta 2026. Ya la pasada campaña, recuperó hechuras en el filial pese a su escasa presencia en el primer equipo (sólo 3 partidos y una titularidad). Así empezó el actual curso, en el que únicamente se ha perdido una convocatoria y en la que, tras una primera oportunidad de jugar tres partidos como titular entre las jornadas 4 y 6, ahora ha tomado el mando de su destino con firmeza desplazando del once a jugadores con ficha del primer equipo como Starfelt o el casi intocable Unai Núñez, ya fuese con línea de tres centrales o de dos.
En esta tesitura, no se quiere descartar a Carlos Domínguez para el domingo. Claro está, las condiciones no son las mejores para preparar el partido pero Rafa Benítez le tiene fe. Habrá dos días de suspense.
