El Celta, cerca del punto de no retorno

Rafa Benítez, entrenador del Celta, habla en la sala de prensa de la ciudad deportiva en Mos.
photo_camera Rafa Benítez, entrenador del Celta, habla en la sala de prensa de la ciudad deportiva en Mos.

Sólo una destitución de técnico de las 13 del Celta con menos de 12 partidos de margen surtió efecto positivo

Como es norma cuando un equipo tiene los números actuales del Celta tras 26 jornadas, con apenas cuatro victorias, ocupa la peligrosa décimo séptima plaza y viene de ver esfumarse cuatro puntos en los minutos finales de las tres últimas jornadas, el entrenador, Rafa Benítez, está siendo objeto de duras críticas. Ya es bien conocido que sus cifras empeoran las de los técnico destituidos en las últimas temporadas en el conjunto celeste, pero también que el actual equipo gestor, con la presidenta Marián Mouriño a la cabeza, ha hecho una apuesta férrea por el actual proyecto a medio plazo y quiere romper con esa volatilidad en el banquillo celeste que acabó, allá por 2017, con la tendencia al crecimiento deportivo de la entidad.

 

 

Obviamente, nada es inmutable en el fútbol y los resultados acaban por forzar decisiones y cambios de opinión. Pero esos golpes de timón tienen también pautados sus tiempos y este Celta se acerca al punto de no retorno, en el sentido de disponer de demasiado poco margen en número de partidos como para que una variación en la dirección sirva de algo. Toda vez que es segura la presencia de Benítez ante el Almería y que sólo una palpable debacle en ese duelo, que implique desconexión del vestuario, parece amenazar su continuidad.

Sólo en 13 ocasiones el Celta se decidió a cambiar su entrenador quedando menos de 12 jornadas por disputarse. Y realmente sólo le sirvió  de forma fehaciente el cambio en una de esas ocasiones. Concretamente, en la campaña 72/73, cuando el argentino Pedro Dellacha fue destituido con el equipo en descenso, aunque empatado a puntos con la permanencia, a falta de sólo seis jornadas -de 34- y llegó Juan Rodríguez Aretio para sumar 3 victorias, 1 empate y 2 derrotas y salvar al equipo con una agónica victoria ante el Real Madrid (3-0). Por un punto, el equipo se mantuvo en Primera y se dio por bueno el cambio.

Pero, frente a esa, hay otras doce ocasiones en que no sirvió de nada. En las siete de Primera, seis fueron por intentar evitar el descenso y en cuatro no se logró (06/07, 03/04, 89/90 y 85/86); en la 52/53, el equipo se quedó en puesto de promoción, como estaba antes del cambio, y se salvó ahí;  y en la 69/70, había un ligero peligro de descenso que no se consumó, aunque el equipo acabó con menos margen en puntos.

Escribá tuvo 12 partidos y a Aspas

En la sucesión de entrenadores de los últimos años, la destitución más tardía fue la de Miguel Cardoso a falta de 12 jornadas en la 18/19, la segunda de esa temporada tras la de Antonio Mohamed en la décimo segunda. Fran Escribá llegó a Vigo con una docena de encuentros por delante para coger a un equipo que estaba dos puntos sobre el descenso en la décimo séptima plaza.

El destituido entrenador luso y su predecesor tenían al conjunto celeste con 25 puntos, cuatro más que ahora, merced a 6 victorias, 7 empates y 13 derrotas. Bastaron 4 triunfos y otros tantos empates para alcanzar la salvación con 41 puntos y hasta cuatro de margen sobre el descenso, gracias a un ejercicio increíble de socorrismo deportivo de Iago Aspas, autor de 10 goles y 4 asistencias en los diez últimos duelos.

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