Su rendimiento en la defensa del balón parado es bueno pero el Real Madrid ya le marcó en esta faceta del juego en la primera vuelta
El partido de la primera vuelta entre Celta y Real Madrid tuvo historia. En las gradas, porque C.Tangana presenció en un Balaídos con una gran entrada cómo sonaba su exitoso himno del centenario. Y dentro con acciones polémicas -gol anulado a Larsen por un presunto agarrón a un Kepa que se estrenaba con el Real Madrid-, un único tanto de Jude Bellinghan de cabeza adelantándose a Aidoo tras prolongación de un saque de esquina, la primera lesión del curso de Franco Cervi cuando había comenzado como titular de lateral izquierdo y un penalti detenido por Iván Villar a Rodrygo.
Fue, como recordaba Iago Aspas en las últimas horas, un partido igualado que se desequilibró en una acción a balón parado. Una acción de juego que controla el Real Madrid como ningún otro, tanto en su área como en la rival. No en vano, es el único equipo de toda la Liga que aún no ha encajado un gol de esta naturaleza y es el segundo que más ha anotado (9), sólo superado por Sevilla y Osasuna (10).
El Celta, por su parte, no se defiende mal tampoco en esta faceta. En contra, sólo mejoran sus 4 goles recibidos el mentado Real Madrid, el Alavés y el Atlético de Madrid, estos dos últimos con tres tantos. Y a favor, se mueve en la mitad de la tabla con media docena de ocasiones en las que se ha valido del balón parado para marcar.
En todo caso, no es mal sitio el Bernabéu para controlar un deje que está agravando en esta segunda vuelta: la concesión al rival de muchos saques de esquina. Un peligro pese a ese buen rendimiento defensivo en esas acciones. Hasta mitad de campaña, parecía todo controlado, con 120 córners a favor y 83 en contra. Pero en los últimos ocho partidos, el diferencial ha cambiado bruscamente, con sólo 27 a favor y nada menos que 43 en contra. Y eso que tanto contra el Getafe como contra el Almería no recibió ninguno.
