Carlos Domínguez ha alcanzado otra meta. Volante, sí, pero meta. El canterano celeste dispone ya de ficha del primer equipo a todos los efectos, tras pasarse las dos últimas temporadas formando parte de la primera plantilla pero con papeles del filial. La meta marcada cuando renovó su contrato en enero del año pasado. Ahora, la cuestión es que tal logro, innegable, no es ningún salvoconducto que asegure la permanencia del vigués en el equipo el próximo curso.
Como es obvio, la primera opción del futbolista es quedarse. Pero todo dependerá del diseño de plantilla que acabe realizando el club y, principalmente, de la opinión de Rafa Benítez. El técnico ha iniciado la pretemporada con cinco centrales: el propio Carlos, Joseph Aidoo, Unai Núñez, José Fontán y Gael Alonso, este último con ficha del Celta B. Y sin contar a Óscar Mingueza, que fue fichado el pasado verano para ese puesto, aunque todo indica que de nuevo caerá más a ser lateral derecho.
Tampoco está cerrada la posibilidad de reforzarse con algún central. De ser así, el cupo ya sería excesivo y habría que buscar otras posibilidades. Con Aidoo, salvo venta inesperada, y Unai Núñez fijos, el resto está pendiente de lo que vaya marcando Benítez en la pretemporada.
Una cesión
A nivel puramente futbolístico, Carlos Domínguez también deberá valorar la posibilidad de quedarse para apenas jugar, como sucedió la pasada temporada. Y esta vez sin opción, salvo renegociación, de bajar al filial a por minutos. A sus 22 años, la opción de buscar una cesión en un equipo de Segunda División es lógica.
El gran partido que jugó ante el Barcelona en la última jornada de Liga, el primero como titular del curso, es el último mejor aval del canterano. La pretemporada marcará su futuro. Él sigue alcanzando metas.
