Balaídos, un lugar feliz

El Celta encadena ocho partidos sin perder en casa, su mejor racha desde hace cinco años y ante el Valencia registró la tercera mejor entrada desde 2015, las dos previas ante el Madrid

Las gradas de Balaídos disfrutaron el viernes del octavo partido seguido sin perder.
Las gradas de Balaídos disfrutaron el viernes del octavo partido seguido sin perder.

El celtismo lleva ocho visitas a Balaídos de las que no ha regresado disgustado porque ésa es la racha sin perder del equipo como local. No es gigantesca, pero viniendo de donde se viene, este periodo de alegrías -o, al menos, no tristezas- se agradece. De hecho, no se vivía por estos lares desde la época en la que en Vigo se aspiraba a Europa con alegría por haberla vivido hace poco. El precedente exitoso que supera al actual se produjo a caballo de las temporadas 17/18 -la que dirigió desde el banquillo Juan Carlos Unzué justo tras la última participación continental celeste- y 18/19 -la que comenzó Antonio Mohamed- con 15 encuentros seguidos como local sin perder. Es decir, a seis años vista.

El calendario exigía que el rendimiento en Balaídos fuese positivo, ya que las dos primeras jornadas del presente curso eran sobre el Lagares. Y ha habido pleno con dos victorias ante Alavés y Valencia. Ahora, tocará mantener la línea positiva con dos encuentros consecutivos de visitante, el primero mañana mismo en La Cerámica ante el Villarreal y el segundo el próximo domingo en Pamplona contra Osasuna. La segunda prueba de entidad antes del parón previsto para la primera semana de septiembre.

A la afición celeste le tocará mantener la ilusión intacta durante tres semanas, el tiempo que tardará en volver el fútbol a Balaídos. De momento, el último regusto ha sido difícilmente igualable, con una afluencia de 23.519 personas para festejar el cumpleaños 101 del club y, posteriormente, el triunfo contra el Valencia.

El control sobre la asistencia a los estadios comenzó a hacerlo la Liga de manera más estricta a partir de la temporada 2015/2016. Con anterioridad, es complicado encontrar cifras fiables de las personas que acudían a los estadios, con cifras demasiadas veces infladas o redondeadas. Sin ser exacto, el control de la Liga sí tiene la suficiente fiabilidad.

Y en estos nueve años con asistencias certificadas, las 23.519 personas del pasado viernes sólo fueron superadas en dos ocasiones en partidos de Liga, ambas con el Real Madrid de rival. Lo que significa que un porcentaje de los asistentes viene más llamado por las estrellas del conjunto blanco que por su celtismo. En concreto, esas dos veces con mayor respuesta de púlico fueron en la temporada 19/20, un 17 de agosto con 23.566 personas, y en la 15/16, un 24 de octubre con 24.519.

Hay que tener en cuenta, además, que este periodo de nueve años coincidió con la pandemia y con las eternas obras de reforma de Balaídos, que comenzaron en febrero de 2015 con Preferencia y han dificultado la asistencia durante largos periodos de tiempo con alguna grada cerrada. En ese contexto, la actual situación, con sólo Gol pendiente de reforma, no es idílica pero permite al menos tener el anillo de gradas completo. La comunión con el equipo está haciendo el resto.

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