Desde el 24 de enero de 2021, Iago Aspas no se perdía un partido de Liga por un problema físico, circunstancia que ahora sucede al no haber menguado el dolor lumbar limitante que afecta al moañés y que lo dejó ayer en casa para no jugar hoy ante el Athletic en San Mamés. Desde aquel empate en Balaídos ante el Eibar, la estrella celeste sólo se ha perdido tres jornadas: dos ese mismo curso, una por sanción (Valencia) y otra en la que se quedó en el banquillo (Villarreal); y otra la pasada campaña por sanción (Mallorca). Nada más. De ahí que el equipo quede huérfano sin un futbolista que ha estado presente de forma ininterrumpida en los últimos 55 encuentros ligueros.
Aspas no entrenó con normalidad ningún día de la presente semana. Y ayer se confirmó que el dolor no había remitido. “Iago no pudo contribuir desde el primer minuto a su nivel el otro día porque tenía un problema en la espalda. Terminó mal ese partido y está fuera del de mañana”, dijo Carlos Carvalhal, técnico celeste, al iniciar su comparecencia de ayer. Y le tocó explicar cómo se afronta una baja tan señera: “Es un jugador diferencial, el mejor que he entrenado en toda mi carrera. Cuando falta un futbolista así es una baja importante. Pero quien va a jugar mañana en San Mamés es el Celta, once futbolistas dentro del terreno de juego y otros para ayudar. Eso es un equipo. Tengo una gran confianza en toda la plantilla, en todos los jugadores, y vamos al partido con la ilusión de conseguir algo importante”.
Tampoco arriesgó el entrenador sobre si el moañés podrá estar el martes ante el Girona. “Ni el propio Iago ni el doctor podrían responder hoy a si estará para el martes. Hoy está fuera porque el dolor no le permitió entrenar. No sabemos mañana, domingo, lunes… No se gana nada hablando de las ausencias, sino centrándose en los jugadores que tenemos disponibles”, espoleó.
