Un poco de Aspas es mucho

El fuera de serie morracense calienta ayer sobre el césped de un Coliseum de Getafe que tuvo que esperar 55 minutos para verlo en acción.
photo_camera El fuera de serie morracense calienta ayer sobre el césped de un Coliseum de Getafe que tuvo que esperar 55 minutos para verlo en acción.
El moañés, que se convirtió en el futbolista con más participaciones desde el banquillo de la historia del Celta (76) dejó 35 minutos sublimes en Getafe para lavar la cara de un Celta que se ilusionó con puntuar

Dicen que los mejores perfumes se sirven en frasco pequeño. Es posible que esta relación venga derivada de lo costoso que resulta tan lujoso producto. Y aunque esa no es una restricción que el Celta tenga con Iago Aspas, lo cierto es que ayer solo disputó 35 minutos en Getafe. Más que suficiente para dar una exhibición de fútbol, sobre todo en el pase, que permitió al conjunto celeste equilibrar un 2-0 e ilusionarse con puntuar antes del amargo final en forma de gol de Jaime Mata.

Así fue. Con 2-0 abajo, obligado a tener la posesión y a jugar en campo rival. Era el contexto más incómodo para el Celta de Benítez, pero el favorito del morracense. Y aunque falló los dos primeros balones que tocó, su desbordante talento no tardó en surgir. Aspas flotó a la espalda de los mediocentros azulones, encontró siempre zonas ventajosas de recepción y mejoró cada pelota que pasó por él con su pausa y precisión. Una pared con Manquillo acabó en el gol de Larsen. Más tarde, sin escalas, conectó directamente con Tadeo Allende, que se estrenó como goleador con la celeste con el mejor asistente posible. Como la Academia, Iago limpia, fija y da esplendor. 

Su paso por el Coliseum dejó un 85% de acierto en el pase y una insistente participación en el juego. Tocó los mismos balones (27) que Larsen y solo dos menos que Mingueza, ambos titulares. Su influencia es muy superior a su tiempo en el verde.

Aunque es algo inusual que el fuera de serie de Moaña parta desde el banquillo, ayer se convirtió en el futbolista que más veces ha participado como suplente de la historia del Celta. Con la de Getafe, Aspas jugó como suplente un total de 76 veces y superó a Juan Sánchez, que lo había hecho en 75 ocasiones. Lógicamente, la masiva cantidad de partidos del morracense tiene mucho que ver. De hecho, Iago cumplió ayer su encuentro número 480 con la celeste. El delantero valenciano disputó 216.  Por eso, aunque sea lo menos habitual y, sobre todo, lo menos recomendable, hasta un poco de Aspas es mucho.

“Nadie me puede poner una pega porque trabajo como el que más”

Contrariado tras la postrera derrota, Iago Aspas dio la cara en los micrófonos de la televisión con derechos. Y, como es costumbre en él, habló con toda honestidad de la situación del Celta y de la suya propia en una comparecencia tan corta como intensa. “Si me ponen bien y si no, también. Yo lo que quiero es que gane mi equipo del alma, el Celta, y así será hasta el día que me retire”, expresó mientras esbozaba una sonrisa. 

“La verdad es que estoy muy bien. Estoy tratando de ayudar desde donde se me diga. Tuve que empezar de suplente y no pasa nada. Traté de salir al campo a ayudar a mis compañeros y creo que nadie me puede poner una pega porque yo trabajo como el que más”, añadió.

Acerca del desarrollo del partido, Aspas no tuvo pelos en la lengua al indicar que el gol con el que Mata resolvió el asunto llega de un fallo muy grave de Unai Núñez en el  inicio del juego. “Hemos tenido un error que… iba a decir de juveniles, pero ni eso. Ya es de cadetes. El mediocentro abriéndose de espaldas, un balón por el medio que no se puede permitir en el fútbol profesional y te castigan”, lamentó el atacante morracense, que matizó que “no es por señalar a nadie” y destacó la mejoría del equipo celeste en la segunda mitad coincidiendo con su entrada en el campo. “Con los cambios, empezamos a jugar más en campo rival, a tener la pelota, a asumir riesgos, que creo que es lo que debemos hacer. Tenemos jugadores con calidad para ello. Fue una pena porque creo que estaba más para el 2-3 que para el 3-2”, apuntó.

El capitán del Celta lamentó ligeramente la resistencia que le está ofreciendo el gol 200. “Pero trato de ayudar a mis compañeros. Si no es con goles, es con asistencias”, reflexionó Aspas, que asume con resignación la situación clasificatoria. “Hemos ganado cuatro partidos de 24. Hay cosas que tenemos que mejorar”, reconoció antes de lanzar un mensaje de esperanza de cara al próximo fin de semana. “Cada partido va a ser una final. En los últimos años, le hemos echado mano al Barcelona en Balaídos. ¿Por qué no también esta temporada?", concluyó.

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