El patrimonio de A Guarda: en estado “poco apto” a finales de agosto
La vegetación cubre gran parte del castro del Monte de Santa Trega, del Castelo de Santa Cruz y de las salinas romanas de O Seixal
Tres recursos del patrimonio histórico y arqueológico de A Guarda se muestran “poco aptos” para ser visitados cuando ya está finalizando el verano, estación en la que se recibe el mayor contingente turístico, dando una imagen poco edificante de conservación de los valores de A Guarda.
Quienes visitan el Monte de Santa Trega se llevan una mala imagen de uno de los yacimientos castrexos más importantes del Noroeste peninsular. El sector de “Calvo 2” continúa cubierto de vegetación, ocultando las construcciones que forman parte de una de las áreas más visitables del conjunto castrexo. Mientras, en el sector de Mergelina, la vegetación comienza también a invadir este espacio creciendo en el interior de las construcciones y calles que comunican los diferentes barrios familiares. No hace muchas semanas, una expedición de arqueólogos que visitaron el poblado, no pudieron llevarse en sus retinas una mejor imagen del mantenimiento del área arqueológica que se encontraron. No solo es este abandono. La falta de vigilancia del espacio castrexo deja ver, todos los días, a los visitantes caminando sobre los muros de las construcciones, sin que nadie pueda decirles nada e incluso retirando la paja de la techumbre de las reconstrucciones.
El Castelo de Santa Cruz, que ahora conoce una mejora en sus accesos, mantiene partes de las murallas semiocultas por la vegetación e, incluso, creciendo algunos arbustos y árboles sobre ellas con el riesgo que supone para su integridad. Quienes acceden por la Avenida de Santo Domingo de Guzmán, pueden ver los lienzos tapizados; y quienes entran en las garitas, comprueban cómo la vegetación ya invade las ventanas impidiendo ver al exterior, distorsionando el sentido que tenían estos huecos de luz.
Por su parte las salinas romanas de O Seixal recuperadas, en 2018, a través del proyecto “A Guarda, Mar de Sal”, bajo la dirección de Brais Currás y Mar Cortegoso, siguen la misma tónica que los anteriores recursos del patrimonio. Por distintos lugares ya crece la vegetación y una pequeña alfombra empieza a extenderse por la superficie llamando a una urgente actuación que evite su deterioro.
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