A Guarda suma 173 crías de gaviotas en lo que va de 2024

La asociación Anabam utiliza una finca privada en el municipio como refugio para los polluelos que caen de los tejados

Agustín Ferreira yendo a alimentar a un grupo de polluelos de gaviotas.
Agustín Ferreira yendo a alimentar a un grupo de polluelos de gaviotas.

La Asociación Naturalista “Baixo Miño” (Anabam) lleva a cabo, desde el año 2005, un seguimiento diario de la nidificación de la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) en A Guarda mediante el “Proxecto Larus” que, prácticamente concluida la temporada 2024, y a falta de un análisis más pormenorizado, arroja un balance de 134 lugares de nidificación, de los que 82 fueron observados con pollos, censándose 173 crías, con con una media de 2,11 pollos por nido.

Para realizar este estudio, se cuenta con la colaboración de algunos vecinos que informan de la existencia de nidos en las proximidades de sus respectivos domicilios. Agustín Ferreira, impulsor de esta iniciativa, se desplaza diariamente a ciertos puntos de la geografía local desde los que se controlan la mayoría de los alrededor de 1.700 tejados del área de observación susceptibles de recibir a las parejas procreadoras, además de recorrer las calles de la localidad.

Los datos recopilados son trasladados a Google Earth, identificándose los tejados con nidos y registrando, diariamente, los datos recopilados. El “Proxecto Larus” se pone en marcha en el año 2005, aunque con anterioridad ya se recogían algunos de los datos. Desde ese año se hace el seguimiento durante el período de puesta, la incubación y nacimiento, hasta que los pollos se independizan. Para mantener informados a los colaboradores, Anabam publica en Facebook los resultados que se van obteniendo, acompañados en ocasiones de cortos vídeos, obtenidos a distancia y sin invadir el espacio de los progenitores, en los que se puede observar a la pareja incubando los huevos, soportando las inclemencias del tiempo, el relevo del macho y de la hembra durante la incubación, realizando el mantenimiento de los nidos o entrenando el vuelo de las crías antes de abandonar el nido.

En los primeros días de ese entrenamiento es cuando se producen la mayor parte de las caídas de los pollos a la calle, donde están indefensos ante posibles peligros aunque si pueden subsistir sin la acción humana, no se actúa. Ante una situación de riesgo, o si el lugar no es adecuado por el tráfico u otros peligros, Agustín Ferreira acude en auxilio de los pollos, muchas veces tras la llamada de algún vecino. Tras recoger los pollos estos son trasladados a la finca donde seguirán en total libertad, pero seguros. En ella, sin interactuar más que lo estrictamente necesario, para que no se acostumbren a la presencia humana, se les facilita el alimento donado por la “Pescadería Emilio y Amparo”, de la Plaza de Abastos de A Guarda. Los pollos seguirán desarrollándose; llegado el momento practicarán sus vuelos con seguridad y, cuando lo consigan, abandonarán la finca.

A la finca llegan también otras especies que están heridas, permaneciendo solo unas horas porque son trasladadas por los angentes ambientales al Centro de Recuperación de Fauna, de Cotobade.

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