Opinión

La "hostia" definitiva

Hasta hace unos días, Rajoy y Puigdemont continuaban empujándose el uno al otro en el patio del colegio. Con mirada provocativa y desafiante, los empujones fueron incrementando su violencia y Carles se fue creciendo al ver que la reacción de Mariano no acababa de explotar: “voy a convocar el referéndum y declarar la independencia de Cataluña, ¿me entiendes?”. “¿A que no”, le decía Rajoy. “¿A que si?” Replicaba el otro con firmeza. ¿A que no?... ¿A que si?... 
Por experiencia vital y por no pocos estudios científicos de más o menos prestigiosas universidades, se sabe que estos duelos entre machos alfa, gestuales, generalmente físicos y cargados de testosterona solo pueden terminar de dos modos. Con los correligionarios separando a los contrincantes y alejándolos de un conflicto que se pospone sine die, o llegando inevitablemente a las manos. En este caso, las arengas de sus propios colegas al bravucón Puigdemont no presagian otra cosa que el enfrentamiento total. Llegados a este punto, y puesto que él ya ha dado con soltura sus primeros tortazos –convocatoria de referéndum y Ley de desconexión-, solo falta ver quién da la “hostia” definitiva.
Parece que -ahora sí- el Presidente del Gobierno se está arremangando ya: “no habrá referéndum”. En esta batalla cuenta con el apoyo de sus amigos del Tribunal Constitucional, que han suspendido la convocatoria del 1 de octubre y con aliados previsibles como Ciudadanos -al lado del Gobierno sin titubeos- o inesperados y poco habituales como el PSOE -que manifiesta su apoyo total al Ejecutivo-. El rebelde sin causa Puigdemont “Dean” y su pandilla van a tener difícil encajar el golpe del Rajoy Salvaje “Brando” y su banda. Después de todo, lo peor es que no ganará nadie.

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