Opinión

La llamada del mediador

Viendo ciertos programas de televisión y asomándome con no disimulada aprensión a casi todo aquello que no comprendo y que me rodea, me hago con frecuencia preguntas estúpidas que no han hecho otra cosa que evolucionar con el tiempo aún manteniendo sus primitivas esencias. Siempre me he preguntado, por ejemplo, quien era el autor de los chistes que terminaban circulando de boca en boca y contándose de reunión en reunión. Los chistes de toda la vida, los de baturros, los de andaluces, los de la consulta del dentista, los de humor negro  o los chistes verdes. Ahora me pregunto quién elabora los mensajes jocosos de WhatsApp o quien inventa los memes.


Pero sobre todo, me pregunto con cierta frecuencia qué hay que hacer para ser mediador internacional y por qué alguien se convierte en ello y es generalmente aceptado en este papel por el resto. El ex presidente Zapatero lleva un año y medio convertido en mediador en el conflicto de Venezuela, y según he sabido, él es uno de los agentes que trata de abrir el diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y los disidentes –Leopoldo López por poner un ejemplo que a todo el mundo le suene- hasta el punto de que tiene línea con el poder y a su vez ha visitado a López en la cárcel donde está internado por opositor al régimen y donde le apalean cada lunes y cada miércoles precisamente por pedir elecciones libres y derechos constitucionales.
Como sospecho que cualquiera que haya sido algo puede convertirse en mediador sin estudiar para ello, sospecho también que incluso puede serlo Zapatero, aquel genio que trató de imponer un proyecto al que llamó Alianza de las Civilizaciones, que consideró al etarra José Ignacio de Juana Chaos como un hombre de paz, y que se hizo una foto con un mapa de España a la espalda en el que todo el territorio nacional allí reflejado era considerado magrebí por sus autores. Las andanzas de José Luis Rodríguez Zapatero por Venezuela deberían ser narradas por un cronista de cabecera como se hacía en tiempos de Wild Bill Hickok, para que todos supiéramos en qué jardines se ha metido  este sujeto y cuántas mangueras ha pisado. Teniendo en cuenta su gestión en el país que lo hizo presidente y la negativa de su propio partido a presentarlo como candidato a la presidencia en su tercera legislatura, voy comprendiendo el caos en el que está sumida Venezuela. Si Zapatero ha tratado de arreglar el entuerto que Dios los asista a todos.
 

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