Opinión

El carácter de la ley

A los no profesionales, los que no tenemos formación jurídica alguna, las decisiones de la Justicia suelen sorprendernos y, en general, desagradarnos. Uno lleva dentro a estas alturas de siglo y de país un abogado como hace algunos años llevaba un seleccionador de fútbol, y todos  nos creemos con conocimientos suficientes para cuestionar sentencias como antaño nos suponíamos convenientemente preparados no solo para dudar del acierto del seleccionador nacional sino para elaborar nuestra propia convocatoria suponiendo siempre que era mucho mejor que la suya.
Pero salvo excepciones muy contadas, ninguna de las dos cosas es cierta y la ley es la ley con independencia de lo que a los ignorantes en la materia nos sugieran las sentencias y por mucho que algunas de ellas nos choquen. Es un escenario muy parecido al que se producía con la selección nacional. Quien tenía y sigue teniendo  las mejores condiciones para confeccionar el mejor equipo posible es quien lo entrena, quien conoce el percal y quien está al cargo.
Estamos en tiempos en los que las decisiones de los tribunales colman la vida política de este país y ayer nos desayunábamos con la anulación del Área Metropolitana de Vigo por mandato de los tribunales, lo que constituye un ejemplo muy cercano de este ámbito jurídico que nos envuelve y que se expresa con arreglo a derecho por mucho que a los actores de los hechos no les agrade. Al alcalde de Vigo no le ha gustado nada pero no es eso lo que se le requiere sino que lo acate. Hace horas, la Unión Europea  informó al Reino Unido de la situación de Gibraltar en la operación de desenganche llamada Brexit, y cuyo alcance afecta mucho y mal a Fabián Picardo como no podía ser de otra manera. Pero el marco jurídico internacional en el que se instala Gibraltar es el que es y la Unión Europea no ha hecho otra cosa que cumplirlo y remitirle su cumplimiento a la Gran Bretaña.
No entender mi la mitad de las sentencias que emiten las diferentes instancias judiciales que velan por el cumplimiento de la ley en los estados democráticos es incluso natural. Personalmente ignoro por qué motivo uno puede opinar sin rubor de tribunales y sin embargo no se atreve a hacerlo sobre medicina nuclear.  Pero sobre todo, lo que resulta primordial es la necesidad de cumplir las leyes. Por mucho que se cuestionen. Eso es aparte.

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