Opinión

¡De la que nos salvamos!

Pues, dilecta leyente, el derrumbe de los partidos políticos es un fenómeno global y masivo, a tal nivel que hay casi más afiliados a la Sociedad de Conservación de la babosa dromedario que la suma de afiliados a muchos de los partidos tradicionales  Este hastío hacia los partidos clásicos, ha posibilitado hoy el Brexit, así como el resurgimiento y ascenso en España de Podemos, en Portugal de los neocomunistas, en Grecia de Syriza, en Italia de Beppe Grillo y en toda América Latina del Foro de Sao Paulo, siendo la indolencia tal que por primera vez un marxista reconocido como Bernie Sanders obtuvo 1.879 delegados en el Partido Demócrata de Estados Unidos, y su contraparte es ese excéntrico multimillonario con aires fascistoides, que amenaza con irrumpir en el escenario mundial.
Para entender lo que está ocurriendo es preciso recordar que todo proceso revolucionario tiene un comienzo, un auge y una consolidación, entra en estancamiento, ocurre la fractura productiva, sobreviene el periodo especial en el que los habitantes pasan verdaderas fatigas, el liderazgo entra en fase de estudio y culmina en una apertura lógica, que no es necesariamente democrática, a los mercados. Esto ocurrió en todos y cada uno de los experimentos socialistas del planeta, que terminó en la gran apertura china, la Perestroika, el Doi Moi vietnamita y nadie puede ocultar los enormes beneficios que esos países obtuvieron de volver al modelo capitalista. (Desde luego, no  parece que añoren aquellos “paraísos” comunistas).
En 1931, bajo el fascismo italiano, Curzio Malaparte escribió Técnica del golpe de estado. En sus páginas, aparecían notables ejemplos de cómo conquistar de esa manera el poder. Malaparte demostraba que ese golpe no necesariamente tenía que ser violento ya que bastaba con apoderarse de ciertas instituciones y desde ellas desventrar el estado. En la actualidad, el sistema constitucional español es víctima de un acoso que recuerda las técnicas descritas por Malaparte. Sus protagonistas son el nacionalismo catalán y Podemos. En el primer caso, la violación del ordenamiento jurídico y el vaciamiento de sus contenidos para llenarlos con otros anticonstitucionales viene desarrollándose desde hace décadas. Siguiendo un estilo muy semejante al del fascismo mussoliniano o al del nacional-socialismo... 
Algunos autócratas, como Nicolás Maduro, encuentran un tonto útil. Después de haber abierto el camino a la independencia de Cataluña con su política de “talante”, el simpar Zapatero, ahora va a solucionar los problemas del troglodita venezolano, tragando, cual inmundo detritívoro, las continuas vejaciones del cavernario bolivariano a  nuestro país, a su líder y a sus viejos insignes políticos, alguno, como Felipe González, de su propio partido, etc. 
En cualquier caso, con el resultado de Podemos: ¡De la que nos hemos librado¡
 

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