Opinión

¿Siria o Soria?

Un piloto de helicópteros de la policía, amigo mío, me manda un whatsapp: ‘El gobierno belga anuncia que enviará a sus F-16 a bombardear Siria; conociendo la eficacia de los servicios de inteligencia belgas, en Soria están acojonados’. Me hace reír.
 Y me hace recordar. He ido muchas veces a Bélgica. Son raros. Una vez me paró la poli para pedirme la documentación. Era a primera hora de la mañana. Estaba haciendo footing alrededor de mi hotel. Iba en pantalón corto y camiseta. Nunca lo entendí. ‘A los belgas que no les gustan los hombres les gustan los niños’, me burlé para mis adentros. 
 Son tópicos. Como tantos que he oído a raíz de los atentados de Bruselas: que si son muy permisivos; que si no se entienden ni entre ellos mismos; que si son una panda de sarasas sin un ejército como dios manda; que si son un ‘estado fallido’ (¿y el nuestro qué?) incapaces, durante varios meses, de formar gobierno...
 No es justo. Nuestra policía, tan dada al espectáculo, arresta a altas horas de la madrugada a Isabel Pantoja en su chalet La Gitana, como si dentro hubiera un comando terrorista; toma por asalto la Universidad de Madrid para detener a la hija de Roca, una chica de 19 años, interrogarla durante 10 minutos y luego soltarla sin cargos; arrasa, al amanecer, la casa de un pobre jubilado, de 77 años, cuando la casa a registrar era la de enfrente; etc., etc., etc… Pues en Bélgica eso está prohibido. Allí de noche se vigila, y las detenciones solo se hacen a la luz del día, sin infartar al vecindario. 
 ¿Y os acordáis del secuestro del pesquero vasco “Alakrana” frente a las costas de Somalia? Pues allá fueron nuestros ejércitos; pero el rescate hubo que pagarlo igual; y los piratas huyeron en sus zodiacs; y los helicópteros y las cámaras termográficas no sirvieron para nada; y la fragata “Canarias” capturó a un menor de edad que pasaba por allí, y lo trajo a España, y después los jueces no sabían qué hacer con él. Y todo eso costó una pasta gansa… Pues los belgas detuvieron al capo di capi somalí, un tal Abdi Hasan, conocido como bocazas, engañándolo para que viniera a asesorar la filmación de una película sobre la piratería que reflejaría su vida. Y picó. Y lo arrestaron nada más bajar el avión. Y ni dios se percató, ni durante el vuelo, ni al desembarcar, hasta que lo leyeron al día siguiente en los periódicos.
 Son permisivos, sí, los polis belgas. No te interrogan si estás borracho, o sin dormir, como aquí –entre otras cosas porque después, en el juicio, esa declaración solo vale para sobreseer el caso-, ni avisan a la prensa carroñera, como ahora con lo de Mario Conde. Como antes con cualquier famoso. Como siempre. 
 Burla burlando, los belgas van deteniendo uno tras otro a los terroristas, entre ellos a Mohamed Abrini, implicado también en los atentados de París y el más buscado de Europa. Así que quédense tranquilos los de Soria. Y a mi amigo policía, un profesional como la copa de un pino, un abrazo igual de grande.

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