Opinión

Seis años después

Estuvo ayer en Baiona el titular de la Xunta inaugurando la Casa de la Navegación, en cuyo interior se exhiben objetos de cierto interés, destacando sobre todo los cañones ("culebrinas") hallados en Cabo Silleiro por el vigués Pedro Novalvos. Fue hace 30 años y pese a todos sus intentos no había conseguido hasta ahora un lugar adecuado para su exposición. Los quería ver en el Museo del Mar, que en principio parece el marco más adecuado, pero una vez más -como en el caso del "Bernardo Alfageme"- tampoco ha podido ser. Otra oportunidad perdida. 
Aprovechó la ceremonia Alberto Núñez Feijóo para recordar que otro 1 de marzo, de 2009, realizó en Baiona su primer acto como presidente electo de Galicia cuando todavía no había jurado el cargo, pero ya había conseguido la victoria por mayoría absoluta en las urnas. Fue durante una fiesta de la Arribada, hace ya seis años, mucho tiempo para todos. También para Feijóo, que logró después otra victoria aún mayor y a quien esta semana medios de Madrid colocan en el Gobierno central por vía de apremio, un desembarco en cuestión de días mediante una carambola municipal con la vicepresidenta, lo que supondría el adiós exprés al Ejecutivo gallego. Como es lógico, nadie podría confirmar tal noticia, aunque ayer en su entorno más próximo se sonreía y recordaba que hace ya doce años que se da por segura su "vuelta inminente" a la Corte, donde ya dirigió Sanidad y Correos, sin que hasta ahora se haya producido. 
Con todo, no extrañaría. El propio presidente gallego, poco dado a hacer comentarios para evitarse precisamente interpretaciones, ha dicho en alguna ocasión que dos legislaturas completas son suficientes. Está por la mitad avanzada de la segunda. En Lalín, durante la última fiesta anual del cocido, incluso llegó a decir que sólo le quedaban dos citas más. Pero tampoco en política está escrito el destino.

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