Opinión

nueva vida para el antiguo xeral

El cierre del Xeral no cogió por sorpresa a nadie: se anunció durante el bipartito en la Xunta por la entonces conselleira socialista y con el beneplácito del presidente Touriño -que también decidió donde construir el nuevo complejo, un acierto- y ocho años después se cumplieron los planes con el traslado de la actividad al nuevo -e infinitamente mejor- Álvaro Cunqueiro. En cambio sí resultó inesperada la decisión del Gobierno gallego de recuperar la titularidad del edificio para su nueva vida como Ciudad de la Justicia. Una buena idea sobre el papel que ciertamente pudo haberse planteado mucho antes y que llegó en la prórroga. Mientras lo viejo ya no existe y lo nuevo está por llegar, el entorno del Xeral se ha convertido en un páramo, con el cierre del comercio, los bares y muchos establecimientos que vivían de la actividad en el que durante años fue el primer hospital gallego. Ciertamente estaban avisados de lo que se les venía encima pero salvo unos pocos que decidieron vender y montar su negocio en otro punto, la mayoría se quedó a la espera de acontecimientos. Que llegaron de forma inexorable. Parecía que sólo cuando el hospital echó el cierre comenzaron a moverse y reclamar soluciones para evitar la muerte del barrio: a la Xunta y al ayuntamiento. Otros pidieron retomar la actividad hospitalaria, lo que resultaría un absurdo en un centro sanitario que ya no estaba a la altura de las necesidades del siglo XXI. Aunque las respuestas llegan, con Urgencias y la obra de la Ciudad de la Justicia, la desolación es hoy absoluta y el panorama, negro. Continuará...

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