Hace quince años del “Prestige” y en ese tiempo han cambiado algunas cosas, como la obligación de que los petroleros tengan doble casco, exigencia que nació tras la marea negra en Galicia. También hubo otra consecuencia: los buques tienen desde entonces la obligación de pasar más lejos de la costa que antes del accidente. Pero otras no: continúan pasando miles de buques por el Corredor Atlántico y en definitiva por pura estadística sólo es cuestión de tiempo que antes o después haya otro siniestro, como ya había ocurrido con el “Mar Egeo”, el “Cason” o el Polycomander”. Y entonces se verá si se ha tomado nota de lo ocurrido y si ya hay un plan de contingencias claro para actuar. Comenzando por señalar un puerto para traer el buque a tierra si esa es la decisión a tomar de aparecer por Galicia un petrolero a la deriva. En teoría, la terminal exterior de A Coruña tendría que ser el lugar elegido para su remolque y sólo así se puede justificar en parte la inversión realizada con fondos europeos, unos 700 millones, probablemente más. No obstante, no está señalado oficialmente lo que abre el portón de la arbitrariedad. Y no hay que olvidar que en estos quince años se han realizado varios ejercicios de simulación de accidente en el mar partiendo del supuesto de que el barco es rescatado y traído a la Ría de Vigo.
Como no está claro, bien estaría comenzar por explicar cuáles son las acciones previstas y el dispositivo a realizar si llega el caso. En 15 años ha habido varios amagos de petroleros con problemas en sus máquinas, pero no se dieron todas las circunstancias que acabaron con la catástrofe del “Prestige”, donde sigue sin despejarse la primera pregunta: traerlo a un puerto o enviarlo muy lejos.
