El PSOE acumula tres elecciones consecutivas (dos generales y las autonómicas del domingo) como tercera fuerza en Vigo, con datos similares en todos los comicios al margen del candidato o incluso de la campaña, con más o menos apoyos, con mayor o menor presencia de sus figuras. Visto lo cual se diría que es una tendencia consolidada en las siglas aunque probablemente otra cosa muy distinta sería en unas municipales, como bien sabía Paco Vázquez, imbatible cuando se la jugaba directamente. El PSOE está en caída desde hace años y se ha acomodado a la tercera posición de forma reiterada en Vigo y ahora también en Galicia, y parece haberse acostumbrado a perder. Ha ocurrido ya dos veces este año y puede repetirse mientras continúen los nubarrones en la cúpula socialista, el liderazgo esté en cuestión y la dirección sin rumbo.
Justo lo contrario que ha ocurrido en Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo (ANF) vive días felicísimos como líder de altura dentro y fuera de la comunidad autónoma. En su primera declaración el domingo, y en las siguientes ya durante la mañana de ayer, repitió en varias ocasiones que su compromiso era hasta 2020 y que serán sus últimas autonómicas. Es una declaración demasiado solemne para no ser tenida en cuenta. Por tanto, Feijóo ha comenzado a descontar el tiempo que le resta hasta ser el próximo expresidente de la Xunta sin haber perdido ni una sola vez y con tres mayoría absolutas consecutivas.
En Marea se ha colocado en una posición de fuerza, pero en su futuro hay enormes contradicciones internas que ya hicieron saltar a AGE, su predecesora. Continuará...
