Opinión

Geriátricos al volante

Según tengo entendido, ha comenzado en Vigo por parte de los agentes de seguridad, una ofensiva contra un gran número de ‘septuagenarios plus’ para prohibirlos circular por las carreteras porque no están aptos físicamente de ponerse detrás de un volante y que podrían amenazar al resto de los conductores causando un accidente de tráfico, en estos casos, involuntario. O sea, al igual que algunos políticos cuando le salen mal las cosas, a culpar a los demás. 
Sin embargo, estoy de acuerdo. No es la primera vez que el tema ha salido a relucir, especialmente debido a más de un accidente con ciclistas que ha resultado con víctimas mortales. A medida que uno avanza en edad los reflejos tienden a disminuir y es lógico que la reacción a un despiste de un par de segundos acaba en tragedia. Pero la preocupación de las autoridades va más allá de este problema normal de la vejez. Entra en juego una serie de otros deterioros, especialmente en la salud del conductor que no siempre es detectado en un simple chequeo por las autoridades en un control de carretera. 
Hay personas mayores que ya padecen, por ejemplo, de problemas serios de corazón. Otros podrán sufrir de principios de demencia y sin darse cuenta están contribuyendo a la posible siniestralidad en la carretera por no tener ni idea de donde están. Otra situación es la obsesión de muchos conductores mayores que con conducir a una velocidad reducida, digamos a 80 kilómetros por hora en autopista se consideran los más seguros del asfalto. Hará años, sino décadas que sacaron el carnet de conducir y estoy seguro que un gran número aún no se han enterado de los cambios constantes que hay en las señales o las indicaciones en la carretera. Estoy seguro que la mayoría, si tuvieran que volver a examinarse no habría uno que aprobara lo que está estipulado en el código de circulación. Luego pasemos a tener que coger el volante durante los periodos de máxima circulación en las carreteras como pueden ser los fines de semanas, o las salidas de las ciudades en época de vacaciones. Sumemos a esta situación tener que mantener un buen ritmo esquivando motos, camiones, jóvenes imprudentes e impacientes y otro tipo de obstáculo con ruedas y el posible peligro está servido. Por otro lado, está el progreso de los nuevos modelos de coches extremadamente sofisticados. Una gran mayoría de geriátricos siguen con sus vehículos de toda la vida.  
He visto en una ocasión a un señor mayor en un coche de alta gama, pero del año cataplín, fumando un puro y conduciendo a unos pocos kilómetros por hora por las avenidas de la playa, con una cola de coches detrás con ese aire de, ‘estoy cumpliendo la ley y aquí no pasa nada’. Finalmente, esta lo de conducir durante la noche, especialmente con mucho tráfico. Si, señores, puede que la DGT o quien sea tenga razón en que hay que encontrar una manera de solucionar este problema complicado, pero está el otro lado de la moneda. ¿Si les retiran el carnet a las personas mayores por alguna de las razones expuestas, qué modo de transporte se les puede ofrecer en el futuro? De la noche al día se han convertido en víctimas de minusvalía. Un simple viaje durante el verano a la playa, o las visitas a los familiares en la aldea, para dar ejemplos se convierten en un calvario. Por más razones que pueda haber para retirar el carnet hay que pensar en el trauma psicológico de perder el carnet de conducir de toda una vida solo por ser viejo.

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