O sea, que todos los medios impresos de España se han conjurado contra el PSOE y miles de periodistas pesebreros son la infantería de un despliegue contra Pedro Sánchez por su gallarda postura contra Rajoy y su bloqueo a la formación de Gobierno.
Y esto lo escriben otros periodistas incólumes al mal y lo jalean militantes del PSOE y el eco resuena en las excrecencias de un partido de pureza moral sin tacha, sin corruptos ni ofuscados dirigentes.
Estos medios, incluido el que fuera boletín oficial de los progres anida ahora en la misma covacha que los periódicos del tardofranquismo y la derecha liberal. El PSOE se ha quedado solo frente al mal, erguido frente a la conjura, convertido en el haz de luz que nos marca la salida, que ilumina las erradas conciencias de los españoles que quieren salir de este atolladero.
Es evidente que este tipo de comentarios recuerdan aquel latiguillo de “conspiración judeo-masónica”, pero con idéntica razón y justificación intelectual. Los periódicos no inventan la realidad, sino que la cuentan y la analizan. Y esas portadas reflejan lo que piensa la mayoría de los españoles más allá de la propia ideología.
Estamos ante una conjura, sin duda. Pero de estólidos.
