Opinión

Reformular la CEG

Empiezo agradeciendo al expresidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), D. José Manuel Fernández Alvariño que dejó vacante sus funciones como Presidente de la entidad, sus más de dos años de entrega a dicha entidad ,agradecimiento que extiendo,por supuesto a los órganos de gobierno y a los gestores actuales (la junta de vicepresidentes), que está conformada por los presidentes de las cuatro confederaciones provinciales gallegas. Y con una mención especial al hasta hace unos días tesorero de la entidad D. César Blanco, buen empresario y excelente persona, comprometida, eficiente, eficaz y sobre todo destacar su gran nobleza y del que me precio de gozar de su amistad .
Dicho esto si debo plantear, a título personal, pero como representante empresarial que debemos reformular y redefinir la actual CEG. Mi planteamiento es tener cuatro confederaciones provinciales sólidas, viables y solventes acompañadas de unas sectoriales competitivas y ágiles y una CEG que actúe como portavoz y relaciones institucionales de todas ellas. Una CEG con una estructura adelgazada en personal y medios que responda única  y ágilmente a ser el rostro y la voz autorizada de todo el empresariado gallego. Ese sería su objeto y razón de ser, y para ello harían falta muy pocas alforjas económicas y estructurales, contribuyendo así a disminuir más que considerablemente una organización que a día de hoy es inviable económicamente, se diga o no. Una regeneración y renovación necesaria para acometer un nuevo formato globalizado empresarial y los nuevos y difíciles que nos esperan .
 Por esto mismo, y por la defensa colectiva empresarial de absolutamente todos los sectores económicos de Galicia, la unidad empresarial y la imagen que deben dar todas las patronales gallegas debe ser ejemplarizante, sin fisuras, con debate interno constructivo que únicamente derive en el compromiso de lucha y mejora de todas las actividades económicas gallegas. Las confederaciones empresariales son la casa común de absolutamente todas las empresas, sea cual sea su actividad, facturación o número de asalariados. Todas las empresas, sin excepción, son importantes. Respetar para que nos respeten, ayudar para que nos ayuden y colaborar para que colaboren con nosotros, deben ser las actitudes que primen en el día a día. Un empresariado que quiere y demanda unidad de acción y defensa férrea de los intereses económicos y laborales de las empresas gallegas, única y exclusivamente.
 

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