Opinión

Ourense no puede esperar más

La reciente liquidación del CD Ourense es una cristalina imagen del destino de esta ciudad si no somos capaces de regenerarla política, económica y demográficamente. Que nadie se autoengañe porque sería un error mas, entre los muchos y graves errores que se han cometido ya con esta ciudad. Ya no son avisos sino hechos consumados los que nos advierten de un cambio de dirección, o alguien cree que con un simple vistazo a nuestro tejido comercial a la vuelta de vacaciones (quien pueda disfrutarlas y permitírselas) en septiembre no nos encontraremos con mas actividades económicas cerradas?. Defiendo que en el conjunto de nuestro País, si hay indicios de recuperación económica, porque son tangibles y constatables, pero esta recuperación se dará de forma principal e inicial, en autonomías, provincias y ciudades que tienen los mimbres necesarios para que se forje de una forma solida y continuada, y Ourense a día de hoy no se encuentra en ese listado. Esto no significa ni mucho menos ser victimista, no, sino simplemente significa no negar lo evidente. Ourense ya no está para parafernalias, esta para ponerse la funda de trabajo y manifestar por donde empezamos a desescombrar y limpiar para poder reconstruir esta ciudad. Hablamos de termalismo sin PXOM a la vista que permita la construcción de las tan ansiadas unidades hoteleras termales de calidad que creen empleo y atraigan turismo. Nos hablan de empresas sin suelo industrial a bajo coste, ni las infraestructuras acordes para su instalación. Nos hablan de deporte con los buques insignia del deporte ourensano en fase de liquidación. Nos hablan de inversiones sin la seguridad jurídica urbanística necesaria e imprescindible para ello. Nos hablan de comercio y nuestra plaza de abastos sin rehabilitar y sin la accesibilidad necesaria. Nos hablan de planes de empleo y nuestros jóvenes ourensanos se nos están yendo a cientos, y así un largo etc. que llenaría páginas enteras, y que me deriva a manifestar que ya no es soportable la tomadura de pelo (siendo espléndidamente suave con este término) a la que estamos sometidos 107.542 personas que aquí vivimos y queremos seguir haciéndolo. El presente y el futuro de Ourense deben ser sólidos, lleno de ilusión y esfuerzo, con retorno contrastado y visible a barrios, calles y hogares. Con líneas de actuación en todos los frentes económicos y sociales, que retornen lo antes posible a nuestra calidad de vida, priorizando la de aquellos ciudadanos cuya debilidad ante la brutal crisis que vivimos les está afectado gravemente, por lo que dotar de medios económicos adecuados a los organismos y entes que ayudan y protegen las necesidades básicas de los más necesitados es prioritario y fundamental, llámense caritas, cruz roja, asociaciones vecinales o fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro benéficas, cuya labor sea ayudar a los demás. Concluyo manifestando que la sociedad y los ciudadanos ya no tenemos orejeras que no nos permitan ver todo el horizonte en su dimensión, por lo que queremos responsables públicos renovados, que sean conscientes de esta realidad y sepan recoger las inquietudes ciudadanas para poder darle la respuesta adecuada, y eso se llama regeneración democrática con mayúsculas. Herramienta fundamental para propiciar un nuevo formato de hacer política que derive en el nuevo ciclo que la sociedad y los ciudadanos demandamos.

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