Nadie sabe con certeza si el vigués Alfonso Philippot tiene o no razón con su tesis del Colón gallego más allá de la contundencia de sus argumentos pero su huella ya resulta visible en libros, publicaciones y también ahora en el Castillo de Soutomaior, donde estaría la residencia principal del noble gallego de finales del siglo XV Pedro Álvarez de Sotomayor, conocido como Pedro Madruga, señor también del otro lado del Miño.
En la fortaleza que lleva su nombre la Diputación Provincial, actual propietaria, acaba de articular una estancia dedicada a la figura de Colón y a probar sus posibles vínculos con Madruga. Una correcta actuación que permitirá divulgar la idea de la galleguidad del Almirante.
Philippot ha dedicado toda su vida a demostrar que Don Pedro y Don Cristóbal eran la misma persona, naturales de una casa de Poio donde un cruceiro acreditó durante años que había sido construido por la familia Colón. Por muy extraño que pueda parecer, y a priori así es, hay multitud de datos sorprendentes que le darían la razón, incluyendo entre ellas la quizá más importante por su objetividad: una prueba caligráfica realizada por una experta internacional independiente que concluye que la grafía de ambos personajes es la misma. Madruga llevaba el apellido Colón por parte de madre, otro hecho incontestable.
Y así numerosos lazos que Alfonso Philippot ha logrado descubrir a lo largo de toda una vida, convencido de la fuerza de sus argumentos. En más de una ocasión ha comentado que si no tiene razón, espera que alguien desmonte su propuesta con datos inatacables. Y hasta hoy nadie ha sido capaz de hacerlo. Ahora su tesis ya es un libro y una sala del castillo.
