Cartas al director

una propuesta: trasladar Hacienda al Xeral

n  n  n Los políticos que decidieron trasladar al nuevo Hospital toda la actividad que se llevaba a cabo en el antiguo edificio del Xeral quizá no pensaron en los problemas que esa medida ocasionaba: dejar sin actividad esa céntrica zona de Vigo, junto a Plaza de España, empobreciendo y arruinando a mucha gente, y desaprovechando además un gran espacio ya construido.
Ahora se aplaude la iniciativa de remodelar el “pirulí” para trasladar allí los juzgados y todos los servicios judiciales. Pero si se sigue adelante con la propuesta llegará un momento en que se vacíen los dos edificios de los actuales Juzgados, reduciendo entonces drásticamente la actividad en la zona de Plaza de América; y se desaprovechará el gran espacio que actualmente usan los juzgados (aunque se anuncie que se “rellenará” con servicios accesorios).
Está claro que los servicios de Justicia de Vigo necesitan más espacio, y de hecho nuestros políticos llevan muchos años prometiendo (sin cumplir) la construcción de un tercer edificio.
Mi propuesta es trasladar al antiguo Xeral los servicios que actualmente están ubicados en el edificio de Hacienda, y que Justicia amplíe su espacio ocupando ese edificio (previa adaptación), que está en la misma manzana que los otros dos que actualmente ocupan los juzgados. Ya tenemos la ciudad de la justicia construida y no nos habíamos dado cuenta. La zona de Plaza España se vería reactivada con la instalación allí de Hacienda, y se podría aprovechar la parte del edificio del Xeral que no ocupe Hacienda recuperando servicios médicos para la atención (con la ventaja de la cercanía) de los ciudadanos de Vigo: quizá urgencias, o consultas, pruebas de alta tecnología, rehabilitación, o un hospital Materno Infantil como el que tienen en Coruña… Pienso que se podrían aprovechar muchos millones invertidos en infraestructuras sanitarias en los anexos del Xeral, en vez de tirarlo todo a la basura. Aun se pueden estudiar ésta y otras propuestas, con prudencia, antes de volver a caer otra vez en el error que refleja muy bien el refrán: desnudar a un santo para vestir a otro.