Cartas al director

El ocaso del sistema

 La repetición de las elecciones legislativas, así como la reiteración de resultados en dichos comicios, revela a las claras un cierto hartazgo de la ciudadanía, paralelo a una evidente desconfianza del actual sistema político, que sumergido en corrupciones múltiples denota el agotamiento de un sistema patrocinado por la Constitución de 1978, constantemente vulnerada por tirios y troyanos a lo largo de las últimas décadas.
Se da el caso de que el electorado –o al menos buena parte del mismo- se ha visto obligado a optar por el mal menor, debiendo elegir entre una política continuista, abúlica y completamente olvidada del programa político ofertado por el Sr. Rajoy en 2001, teniendo como alternativa una oferta radical y disgregadora por parte de Podemos y sus partidos coaligados, que ponen sobre el tapete político la unidad española y la igualdad entre sus habitantes, debelada ya por las instituciones rebeldes de Cataluña que no se cansan de sangrar las arcas españolas sin renunciar a sus pujos independentistas, sin que ningún Gobierno muestre los arrestos necesarios para hacer cumplir la Constitución, las leyes y las repetidas sentencias judiciales que son ignoradas por los máximos órganos de gobierno en Cataluña, como son Parlamento y Generalitat.
La enfermedad se extiende a otros territorios, como Navarra y País Vasco, y muy recientemente, la Comunidad de Aragón a instancias del Sr. Echenique y Cía. Lo que da idea de que, de no atajar el mal, nos encaminaremos a un conflicto civil, de lo que da buena muestra la división de la sociedad catalana en que las diferencias políticas llegan a invadir el mismo ámbito familiar.
No se vislumbra que el actual Gobierno, con minoría mayoritaria en las Cortes, pueda y desee  poner coto al tobogán que nos lleva a muy mal lugar. Si no lo hizo con mayoría absoluta, huelga excusa que lo vaya a hacer ahora. Terrible situación.