Cartas al director

Acoplados

No sé cuántos son ni qué país aporto más, pero lo cierto es que se mire por donde se mire en cualquier parte nos podemos encontrar con la policromía de razas venidas aquí por diferentes motivos. Unos por necesidad otros por mejorar su futuro, otros por efecto llamada o cualesquiera fuese su razón de venir, el caso es que esto se salió de madre en tal medida que hay zonas del país que ya son mayoría y eso no tendría importancia de no ser porque el flujo sigue y sigue.
Mientras las leyes estén de su lado y las mafias lo sepan seguirán acarreándonos más y más gente que nos han puesto en una rampa de descenso que creo está poniendo a nuestra economía en puertas del colapso. 
Un ciudadano llamado normal o sea legalmente establecido con documentación adquirida por méritos naturales puede moverse por el mundo y si los desplazamientos son costeados por su bolsillo y en ningún lugar del mundo debería de recibir reproches si su actitud no interfiere el transcurrir de la vida de los nativos. 
Llevamos años que en nuestro país por sacar leyes incorrectas o bien porque nuestras fronteras se han vuelto unas coladeras con constantes abordajes con éxito y no se sabe porque ley al pisar tierra hispana ya se les considera como nativos para disfrutar del bienestar que a nosotros tanto sudor nos ha costado. Al flujo diario si le sumamos los que por ser comunitarios también se arriman a la mesa, los comensales cifran tanto que no hay sistema que lo resista. Algo y mucho pero seguro que malo se está gestionando en los hemiciclos europeos para que ingentes cantidades de seres humanos arrinconados en sus países tengan que emprender diferentes caminos para llegar a eses lugares de ensueño para ellos y hacer intromisión en otras gentes que si se han labrado su futuro y aunque tiren de solidaridad no pueden evitar la sensación de incomodidad.
Aquí podíamos aplicar como solución el famoso dicho y no me des peces, enséñame a pescar y seguro que la diáspora cejaría en su acometida para bien de todos y los primeros beneficiarios serán los que ahora parten como víctimas.