Cartas al director

LA DESESPERANZA NO DEBERÍA VENCERNOS

Ella nació, creció y se multiplicó por los usos y abusos de algunos políticos que viven en un mundo distinto y distante, de quienes, con su voto, le dieron legitimidad para que fueran sus representantes muy a nuestro pesar, observamos  hoy, como aquel mandato democrático ya fue transformado en complicidad y traición para ocultar sus desbarres obscenos que hoy ya están a punto de convertirse en una "desesperanza obsesionante" que alguien con valentía debería atajar para evitar la amenaza actual de charlatanes, demagogos y toda su corte de aduladores en la sombra, cuyo fin es destruir nuestro sistema democrático.
Fue su astucia perversa quien trató de confundir a la ciudadanía, comprando su silencio con privilegios y prebendas para distorsionar su futuro y conciencia. Oferta y beneficios exentos de sacrificios y a la vez socializar toda su corrupción, vendiéndole aquel dicho popular que ellos roban pero también dejan robar. Hoy la alarma está generalizada en la sociedad que se siente acorralada y sufriendo ya su desidia, soberbia y orfandad, que afecta su presente y futuro. Y algo debemos hacer para revertir este camino hacia ningures, diseñado y puesto en marcha por los enemigos de nuestra sociedad.
Solo nos queda hoy un camino y un atajo para combatirlos, el camino, debatir las ideas en un ambiente democrático, con el adversario en la calle el atajo, una auténtica regeneración en las filas de los distintos partidos políticos y el Gobierno actual, caiga quien caiga, y que cada palo aguante su vela. Solo así  neutralizaremos a quien pretende utilizar el momento y la corrupción desatada, como bandera. Pero cuando llegan al poder se abrazan a ella y llegan a convertirla en aliada revolucionaria de primer orden. 
El ejemplo de Venezuela debe ser analizado con detenimiento hoy. Allí, para nada se combatió y solo se cambió de bando o de chaqueta, para luego de catorce años de revolución bonita, ya convirtieron el país en centro de tenebrosos fracasos que están pagando a un precio muy elevado los venezolanos, con un retroceso alarmante en lo político social y económico. ¿Este es el ejemplo y modelo que Pablo Iglesias quiere trasladar a España? Evitarlo requiere el regenerar sin titubeos la vida política en España.
Ante este sombrío panorama, nuestro presidente hoy debe dar ejemplo de talante y valentía, actuando en consecuencia, deslastrándose y limpiando su partido y gobierno, de quienes hoy se convierten, con sus tropelías, en destructores de voluntades políticas y sepultureros de nuestra democracia, provocando desconfianza y enfado generalizado en la ciudadanía, aquella que llena de esperanzas y razones, le entregaron ayer su voto mayoritario para que gobernara. Y tal vez sea este el momento mas propicio para pedir perdón a sus votantes, hoy confusos y huérfanos por la proliferación de pillos y sus cómplices. Es la hora de iniciar una nueva etapa que renazca las esperanzas recuperadoras en lo económico, moral y político. El país hoy se lo pide a gritos , no espere a que sea tarde señor presidente.
No se olvide que al acecho ya tenemos hoy la formación y consolidación de un novedoso frente popular muy similar al del año 34. Las circunstancias y actores son los mismos y las intenciones, perversas y nefastas para la estabilidad y porvenir de la patria. Tal vez ello le indique que, ni los pactos y menos los consensos, son fiables en estas circunstancias. Son los hechos y la experiencia quien le indica que es mejor solo que mal acompañado. También la soledad enseña caminos para llegar y reflexionar sobre el cómo y para qué.
Pablo Coelho decía: La soledad, no es la ausencia de compañía, sino el momento en que nuestra alma tiene la libertad de conversar con nosotros y ayudarnos a decidir sobre nuestras vidas y futuro. Es precisamente lo que la sociedad mayoritaria española hoy le pide al presidente.