Cartas al director

Nuestro silencio nos hace cómplices

Días pasados, la partitocracia de felones, nefandos y buchiplumas que se pasan la legalidad  por sus turmas y mancillaron la Constitución hasta convertirla en prostitución española, con hipocresía y paripé evocaron el asesinato de M.A. Blanco y las cuatro décadas de la prostituida. Ahora, con equicia, quieren imbuirnos la necesidad de cambiarla antes que cumplir y hacer cumplir la actual. 
Los guetos políticos, cada vez con más infames e incultos en sus filas e irrespetuosos con instituciones y organismos, cercenaron del escudo de España el águila, el yugo y las flechas con más de cinco siglos de existencia, permiten que el español, la bandera y el  himno nacional o, según el desarrapado coletas, cutre, pachanga, fachosa, estén proscritos; consienten y subvencionan la secesión, no reajustan el gasto corriente y dilapidan nuestros pechos mercando los votos del filo etarra PN en V y Cc para poder mandar, aboliendo a conveniencia la Doctrina Parot con la inestimable ayuda del Tribunal de Derechos Humanos europeo y del PP que, sin estar obligado a ello, presto y en demasía cumplió; no hacen respetar la propiedad privada, parieron una Ley de Igualdad sin igualdad y otra de Memoria Histórica populista y revanchista y el himeneo entre Justicia y política es evidente.
Ejemplo de lo último, un hijo depredador del capo Pujol fue sentenciado a 30 meses de prisión después de afanar lo que no se sabe. Sin embargo, una tonadillera tuvo más pena por blanquear un millón de euros. En cuanto al juicio contra el capo Pujol y mujer están esperando a que fenezcan para archivarlo. Escribió Pablo Neruda: "El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan".
Ahora me entero que España no es una nación, es, según Pedor Sánchez, un Estado plurinacional. Y yo me pregunto, los que así piensan y dicen serán fruto de una sola leche en polvo.
Los sátrapas, infames y carepalos nos mienten a sabiendas con tal de alcanzar sus intereses, no los nuestros, llegados al poder. Para ello, y aunque natura luces les negó, cuentan con cachachanes rencorosos con la cerviz bajada y replantes ante el dedo bobo que les permite libar de la política. Eso sí, con la inestimable ayuda de quienes presumen de servir a la verdad pero mutaron en voceros y acólitos del populismo que les reporta pingües beneficios aunque las consecuencias, recordar la historia, son fatales para los españoles y el gremio de lameculos.
Igual que en Roma nombraron cónsul a un caballo, nosotros pusimos de presidente a un asno zope e inepto llamado Zapatero cuyas consecuencias estamos pagando. Después vino otro continuista de sus fechorías, Rajoy. Aunque lo que se vislumbra es escoria. Pero , qué más da, si no existe Nación ni Estado de Derecho y los justicieros son elegidos  mediante intercambio de cromos o al trile.
El melífluo  Grecia, supuesto Rey de España, refrenda lo anterior al asumir el vituperio público mediante silbidos. Es inadmisible que el Rey no se inmute cuando silbar al himno que representa, de momento, a España y los españoles.
A pesar de todo, y más, con impudicia se jactan de que vivimos en un Estado de Derecho. Si queremos dejar de ser rebaño guiado en nuestras opiniones y gustos, utilicemos la testa y dudemos de  los cantos de sirena de felones e inicuos hurtadores y separatistas del PP, PSOE, UGT y CCOO y de sus turiferarios, testaferros y mamadores varios del poder. Para ello usemos nuestros mejores amigos: cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué.
Si la cultura es la libertad del pueblo, el pueblo español no es libre por la degradada y sectaria cultura que recibe.
No olvidemos que el triunfo de la demagogia -corrupción de la democracia- es pasajero, pero su ruina permanece.