De igual manera que se deconstruye una tortilla de patatas o una sopa de ajo, se podría deconstruir la actitud de esos miembros del jurado en los programas televisivos sobre cocina.
Qué les parece sí deconstruimos a uno de los afamados chefs, con cinco estrellas, y lo dejamos a pie de fogón, como cuando era simplemente un pinche de cocina pela patatas. Pues muy sencillo, que algún que otro “león come gamba” hubiera presentado. Seguro.
Para deconstruir la gilipollez, haría falta encontrar al afectado e indagar en sus orígenes; así podríamos elaborar la lista de ingredientes origen de su prepotencia.
