Cartas al director

maría

Con el “hágase en mí según tu Palabra” te doblaste al anuncio celestial, / mujer callada, alma de fuego, limpia de corazón,/ en el gozo y en el dolor ayúdanos a decir que sí cada día. / Virgen que nos dio la Vida,
la esclava del Señor a sus pies tendida,
saciada de Dios, te diste y te das sin medida.
Hija predilecta del Creador, morada inmaculada del Amor,
cónducenos por senderos que cubran de esperanza el temor, / cógenos de la mano y guíanos hasta el Salvador.
Tú nos ofreces divinos consuelos y perfumas nuestros anhelos, / métenos en tu pecho Madre cuando la vida se oscurezca,  / tú que estuviste al pie de la cruz cuando las tinieblas vinieron sobre la tierra,
vela y cuida de nosotros, Virgen santa, sin mancha ni arruga en el alma.