INAUGURACIÓN DE LA ILUMINACIÓN NAVIDEÑA

Vigo, la ciudad de la luz de Navidad

El gigantesco abeto de luces de la Porta do Sol instalado por el Concello, centro de la iluminación de Navidad.
photo_camera El gigantesco abeto de luces de la Porta do Sol instalado por el Concello, centro de la iluminación de Navidad.

Miles de personas, fuegos artificiales y música en la Porta do Sol en el encendido del abeto, que renueva su iluminación

Vigo ya puede presumir de ser la ciudad de la luz, al menos en Navidad. Ayer, sábado, se encendían los 1.500 elementos decorativos que alumbrarán las tardes y noches de estas fiestas y que incluyen 700 arcos transversales, 850 motivos en farolas y luces de paraguas en plazas, todo ello distribuido por 150 calles. Una decoración navideña que emplea  2,5 millones de lámparas micro-led.
El acto central del encendido navideño se desarrolló en la Porta do Sol —cortada al tráfico y totalmente abarrotado de público—, donde se sitúa el elemento más singular que en los últimos años ha dado fama a las navidades viguesas: el súper abeto de 25 metros de altura que bate marcas con sus 100.000 luces led. Fue un estreno con un formato inédito y que sorprendió a las miles de personas reunidas en este punto. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, acompañado de la presidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, de buena parte de su equipo de gobierno y de una réplica del dinosetito, hizo de maestro de ceremonias. Tras recordar que estas son “las mejores luces del mundo”, y que “vendrán de todo el mundo” para copiarlas, se dio paso a la cuenta atrás del encendido, seguida en una pantalla gigante. Primero, hubo un gran espectáculo de luces de artificio, lanzado desde la azotea del edificio del Sabadell Gallego (junto al Edificio el Moderno), que sorprendió por su gran calidad pirotécnica. Después, intervino el cantante Jefrrey Pop, que interpretó un villancico, para seguidamente encenderse el Abeto de Navidad entre una lluvia de confetis y dar paso a un concierto de la Big Bang Band Vigo.
Este año, el árbol supera su altura habitual al estar coronado por una gran estrella, mientras que su juego de luces se ha hecho más complejo: colores rojos, verdes y azules se alternan y combinan con una determinada cadencia que finaliza con el parpadeo de luces más intensas en blanco y amarillo. Si bien la gran afluencia de personas hizo que por momentos el acceso a su interior se convirtiese en una peligrosa misión, finalmente todo se desarrolló con normalidad gracias a la paciencia y el orden que demostraron tener los vigueses.
Además del abeto, también llamaron la atención nuevos elementos instalados en la zona centro: un simpático oso polar en la Porta do Sol, pingüinos por la calle Príncipe y luces en esta vía peatonal con toques clásicos. 

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