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El Vigo de Martín Códax

El monumento al trovador Martín Códax en el parque del Castro, una roca como un arpa.
photo_camera El monumento al trovador Martín Códax en el parque del Castro, una roca como un arpa.

Nada se sabe del primer vigués que hizo gala de ello salvo que escribió siete hermosas canciones de amor, como también lo hizo Mendiño, probablemente de Teis, donde están playa y lugar de O Mende. 

Martín Códax, o Martin Codax para los más puristas, vivió entre los siglos XIII y XIV, cuando la Edad Media entraba en su ciclo final y Galicia era ciertamente el Finis Terrae. No siempre había sido así. Entre los siglos III y IV está documentado que Vicus (o Burbida, esa es otra) era un puerto de importancia en la ruta comercial que unía el Mediterráneo con el Atlántico y el Mar del Norte. No muy distinto a la actualidad. En el siglo IV todavía existía una cierta unidad europea –otra comparación- gracias al Imperio Romano, que había favorecido el movimiento de mercancías y personas. Britannia era una provincia próspera y segura como también Hispania, ambas del mundo latino. No pasaría mucho tiempo hasta que todo se viniera abajo, la desaparición del poder central y el fin del comercio del Atlántico al Mediterráneo y la llegada de la piratería. En los siglo V y VI, vivir en la costa no era nada seguro y la población abandonó el litoral. En pleno reino suevo, las capitales estaban en el interior, en lo que hoy es Braga, y Vigo simplemente desapareció de la historia. Hay una teoría sustentada por lingüistas que sostiene que fue entonces cuando recibió su verdadero nombre, que vendría del vikingo Wig, que significa bahía, o más concretamente, un tipo concreto de ensenada que coincide con lo que es la Ría. La hipótesis está sustentada por pruebas de consideración y si algún día se confirma obligaría a reescribir el origen de Vigo. Ya hoy en día se cuestiona abiertamente que proceda de Vicus: la arqueología juega en contra por el creciente número de restos romanos, impropios de un asentamiento menor. De hecho, parece que en Vigo se han hallado el mayor número de vestigios romanos en la comunidad autónoma tras Lugo…
En esa bruma aparece Martín Códax y sus siete Cantigas de Amigo sobre la amiga que espera en el mar de Vigo,  con la letra y la música, algunas conservadas por pura suerte. Ocurrió con el Pergamino Vindel, que formaba parte del forro de otro libro, "De officiis", de Cicerón. Dicho documento fue hallado en 1914 por el comerciante madrileño de libros antiguos Pedro Vindel. El diplomático y musicólogo Rafael compró el pergamino y tras su muerte fue adquirido por el bibliófilo Otto Hass y posteriormente puesto a la venta en Londres, donde fue adquirido por la Pierpont Morgan Library, donde permanece desde 1977. La Universidad de Vigo ha conseguido un préstamo, lo que significa la vuelta a casa de Martín Códax y su obra, que se expondrá seis meses (desde octubre de 2017) en el Museo de Arte Contemporáneo dentro de una exhibición más amplia sobre aquel Vigo, con el Pergamino de pieza central. Será también una oportunidad para recordar el origen de la ciudad. n

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