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Ocho universitarios dan clase y juegos en inglés a niños sordos

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La asociación de padres y madres de niños sordos coordina en Vigo este programa 

Simón Pulido tiene seis años y lleva un implante coclear que le permitió recuperar la audición y empezar a hablar desde hace dos años. Los jueves está especialmente contento porque le visita Uxía Seixo, una alumna de primer curso de Lenguas Extranjeras de la Universidad de Vigo que le enseña inglés mediante juegos y actividades que no parecen una clase. Para Uxía es su primera vez como voluntaria (“me metí por ayudar y participar un poco”), dice que Simón es un niño muy activo y que le dice palabras en inglés y que ella misma se quiere apuntar el año próximo a clases de Lengua de Signos (“siempre me interesó, ahora lo haré”).
La madre de Simón, Belén, forma parte de la Asociación de padres y madres de niños sordos de Vigo, que se reactivó hace cinco años gracias al interés de las familias de niños con pérdida auditiva que estudian en el colegio Escultor Acuña, actualmente con 19 alumnos de estas características. 
La principal actividad de la asociación es precisamente el programa de inglés, Allies in English, que  diseñó Dale Sindell, una norteamericana afincada en Madrid que fundó la web t-oigo.com para ayudar y ofrecer formación a familias de niños con pérdida auditiva. Fue este programa de inglés el que presentaron al servicio de voluntariado de la Universidad de Vigo, con la que firmaron un convenio de colaboración y por el que actualmente tienen a 8 estudiantes voluntarios, la mayoría de Filología y Traducción pero también provienen de otras carreras.
La coordinadora viguesa de Allies in English, un programa que se imparte en once ciudades españolas, es Beatriz Novoa, que también es la presidenta de la Asociación de padres y madres de niños sordos. Los voluntarios van un día a la semana a casa de los niños y la Universidad le concede un crédito por esta actividad. “La idea es que no sea una clase, siempre es a través de actividades lúdicas, juegos, canciones, vídeos, talleres de cocina, algo que les motive y que les divierta, porque estos niños tienen mucho trabajo de rehabilitación desde que son pequeños, trabajan con logopedas, con rehabilitadores, con profesores de apoyo, con el colegio, es un régimen bastante estricto”, explica Novoa.
Belén Pulido asegura que su hijo “está emocionado” con estas clases y que aprendió bastante ingles. La hija de Beatriz Novoa tiene 9 años y para ella su profesor de inglés ya es casi como su hermano mayor.
La asociación también realiza otras actividades que ayudan a la rehabilitación de estos niños, como un taller de música de percusión, un taller de cocina o un taller en la escuela de música de Mondo Sonoro que está en Navia.

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