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La jueza del caso Déborah: “No se encontró la causa de la muerte”

Déborah Fernández desapareció en abril de 2002 en Samil. Su cuerpo apareció poco después.
photo_camera Déborah Fernández desapareció en abril de 2002 en Samil. Su cuerpo apareció poco después.

La complejidad de la larga investigación acabó en el  archivo, que ahora se pide reabrir

 La familia de Déborah Fernández ha tomado de nuevo impulso, tras quince años de lucha, para tratar de reabrir la causa sobre la desaparición y muerte de la joven viguesa, cuyo cadáver apareció en una cuneta en O Rosal en 2002. El caso se archivó hace siete años, después de que la investigación, que fue reactivada en al menos dos ocasiones, llegara a un callejón sin salida. 
 La reciente detención del autor confeso de la muerte de Diana Quer ha abierto una  ventana tras cerrarse una puerta. La familia cree que hay coincidencias en ambos casos pese a la diferencia en el tiempo y solicitará al juzgado de Tui que las coteje. 
Quince años después, tanto los que fueron responsables policiales  como judiciales de la investigación  resaltan la “complejidad del caso”.
Así lo constata la titular del Juzgado de Instrucción 7 de Vigo y exdecana de los juzgados de Tui, Carmen García Campos, que estuvo al frente de la investigación judicial. El mayor problema, según aseguró, es que nunca se encontró la causa de la muerte. La autopsia  determinó que Déborah murió por sofocación, un mecanismo que podría ser inducido por una asfixia provocada pero también de forma natural.
Los indicios de criminalidad, explica, que si los hay “están en las circunstancias que rodean a esa muerte”, ya que la persona que depositó el cuerpo en la cuneta lo mantuvo oculto durante días. Habitualmente es el cadáver el que habla pero en este caso “no nos dijo nada”. No se encontraron signos de violencia, ni ataduras, ni golpes, aunque sí se recogieron vestigios biológicos.  Junto al cadáver se encontró un preservativo. Dichas muestras están guardadas y en cualquier momento, si un juzgado así lo determina, podrían  someterse a cotejo.
La principal hipótesis de los investigadores es que alguien colocó allí el cuerpo y creó un escenario ficticio, una hipótesis sobre la que hasta ahora no se han podido obtener pruebas reales para poder llegar hasta un posible autor.
Pese al trabajo que se llevó a cabo no se llegó a realizar ninguna detención,  “cuando un tema así no llega a esclarecerse supone una gran frustración”. 
 

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