A Vanessa, que será enterrada hoy en Guitiriz, le preocupaban los colectivos en riesgo
Tranquila, alegre, deportista e involucrada con las causas sociales. De esta forma, describían sus compañeros y amigos a Vanessa Lage, de 36 años. Aunque en la Comisaría de Vigo llevaba seis años y cinco en la Unidad de Prevención y Reacción, su forma de ser le hizo ser muy querida y conocida entre sus compañeros. De hecho, ayer, ese cariño se dejó notar en las decenas de coronas de flores que llegaban a la capilla ardiente. Su pareja, también policía de la Comisaría, estuvo en todo momento junto al féretro de Vanessa, en un momento muy duro tanto para él como para la familia de la joven, que recibió ayuda psicológica.
Agustín Vigo, compañero suyo del sindicato UFP, relató ayer que esta misma semana, “fuimos juntos a un curso sobre menores inmigrantes, ella fue de voluntaria, estaba muy involucrada en temas sociales y en colectivos en riesgo”.
Otra prueba más del cariño a esa dedicación fue la presencia en la capilla ardiente, del portavoz del colectivo africano en Vigo o de las representantes de la Asociación de Mujeres Policías.
Pero además, era una persona muy deportista, como el subinspector herido, y además de ciclismo, estaba un grupo de moteros, por el que los mensajes de condolencia traspasaron las fronteras nacionales.
Los restos mortales de la agente permanecerán hasta hoy a primera hora en la Comisaría de Vigo para posteriormente ser trasladados a la localidad lucense de Guitiriz, donde recibirá hoy sepultura. Concretamente, el funeral tendrá lugar en la parroquia de San Breixo, en Parga, en la que nacieron sus padres y a la que la joven policía acudía con cierta frecuencia. La noticia causó allí gran conmoción.n
