VIGO

Las iglesias se blindan tras sufrir casi 60 robos este año

La capilla del monte Alba sufrió una tentativa de robo poco antes de la romería.
photo_camera La capilla del monte Alba sufrió una tentativa de robo poco antes de la romería.

La Diócesis de Tui-Vigo es la más afectada por esta oleada en la que el botín es dinero

 En lo que va de año, más de cincuenta iglesias y capillas han sido asaltadas, la mayoría en la Diócesis Tui-Vigo. La mayoría de los robos tuvieron lugar en municipios de las comarcas de Condado-Paradanta y del Baixo Miño, aunque tampoco se libraron los templos del Valmiñor, comarca de Redondela e incluso   de Vigo. Los botines fueron en la mayoría de los casos de escaso valor. Algún dinero que se encontraba en los cepillos y lampararios. Pero lo que sí supusieron en todos los casos fueron importantes daños materiales y una sensación de “inseguridad” entre los párrocos y los vecinos de las zonas más afectadas. A esta oleada de robos hay que añadir el asalto a la rectoral de Domaio Moaña), donde en el mes de  julio los ladrones -ya detenidos- agredieron con violencia al sacerdote con una bombona de butano para exigirle que les diera el dinero que suponían podía esconder en la casa. Para evitar que esta plaga se extienda, en numerosas parroquias ya han comenzado a blindarse.
La investigación de esta oleada de robos a las iglesias y capillas que salpican todos los municipios del rural es una tarea ingente que ocupa gran parte de los esfuerzos de la Guardia Civil. Por el momento apenas se han producido detenciones, hasta porque los delitos en muchas ocasiones no pasan de simples hurtos o robos de escasa cuantía, no así los daños, ya que el resultado son puertas reventadas, ventanas forzadas e incluso elementos de culto tirados y rotos en el suelo. 
El modus operandi suele ser siempre parecido. Aprovechan que la mayoría de las iglesias se encuentran en zonas despobladas para entrar por alguna ventana serrando los barrotes. “Conocen bien el lugar y suelen usar algún contenedor  para trepar hasta la ventana. Luego alguien muy delgado se introduce en el espacio que abren y desde dentro abren las puertas para que entre el resto del grupo”, explica uno de los sacerdotes de la comarca de Condado que ha visto como en apenas dos meses le han asaltado seis de sus siete parroquias, las cuales prefiere mantener en el anonimato para evitar “que se repitan estos hechos”.  
Una de las comarcas más afectadas por los robos es la de Condado, con 27 casos registrados, la mayoría de ellos en los municipios de Salvaterra y Ponteareas. También Baixo Miño ha padecido esta oleada de robos que tuvo su momento álgido durante los meses de julio y agosto, en los que se registró un robo cada dos días y medio. En Tomiño la situación fue un poco mejor, pero los amigos de lo ajeno también mantuvieron en vilo a los párrocos. José Luis Portela, sacerdote de Forcadela, una de las iglesias asaltadas en este municipio, aseguraba que esta situación "se está viviendo en toda Galicia. Entran para llevarse dinero, el resto no les interesa". La misma opinión la comparte otro de los párrocos afectados, que añadía que "hace mucho que ya no hay nada de valor en las iglesias, pero parece que quienes están entrando aún no se han enterado". De la misma opinión es al párroco de Valladares,  que el mismo día de la subida del monte Alba se encontraba con que unos desconocidos habían intentado reventar la puerta de la capilla. Al no lograrlo, robaron gran parte de las bebidas y comida que había en la cercana Casa das Novenas preparadas para vender en la romería popular. n

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