El tercer satélite enviado al espacio por la Universidad de Vigo, en este caso en colaboración con Brasi, lleva 13 días en órbita. La Escuela de Teleco del Campus de Vigo no recibirá los datos de Serpens esta semana porque los pases por Vigo coinciden de noche. Permitirá demostrar tecnología para su futura comercialización.
n n n Serpens se encontraba ayer a 391 kilómetros de distancia de la Tierra,mientras la Estación Espacial Internacional, desde la que fue lanzado el nanosatélite vigués el pasado día 17 de septiembre, estaba a su vez a 401 kilómetros. Su misión es corta porque se espera su reentrada en la atmósfera para dentro de tres o cuatro meses, según explica el coordinador de la Arupación Aeroespacial de la Universidad de Vigo, Fernando Aguado (Zaragoza, 1969).
¿En qué fase de trabajo están?
Ahora estamos viendo el estado de la plataforma (los subsistemas de comunicaciones, de potencia y el computador de a bordo) y la caracterización del satélite en esa órbita (temperaturas, consumos y otros parámetros). Justamente hoy (ayer) empezamos a no tener pases diurnos y como operamos únicamente cuando el satélite está iluminado esta semana lo que podemos hace es analizar la telemetría y preparar un poco las actividades siguientes.
¿Dónde estarán los sensores de tierra que enviarán datos?
Como la misión es muy corta se harán pruebas con sensores ya instalados en Brasil y en Vigo, y también se está evaluando la posibilidad de hacer pruebas desde la Universidad de California (Cal Poly).
¿No se van a colocar todavía en la cuenca del Amazonas?
Por la duración de la misión no daría tiempo. En la fase de pruebas se realiza en sensores que están en zonas más habitadas de Brasil pero el objetivo es que sea compatible para misiones de monitorización de la cuenca hidrográfica.
¿Cuando se comercialicen estas constelaciones de satélites estarán a una órbita más alta?
Una órbita que sería objetivo para nosotros sería entre 550 y 600 kilómetros de altura, con 550 podría durar fácilmente quince años. Con estas órbitas (a la que fue lanzado el Serpens) el objetivo es tener un acceso rápido al espacio y demostrar la tecnología.
¿Los nanosatélites son el futuro por una cuestión económica o hay algo más?
Consideramos tres aspectos. Ahora ya hay modelos de negocio que pueden ofrecer servicios que tengan compradores en base a lanzamientos más baratos y con tecnología suficientemente madura y con redundancias para determinadas aplicaciones. Además, las grandes agencias, la Agencia Espacial Europea y la Nasa, apuestan por esto: la Nasa va a enviar el año que viene dos nanosatélites a Marte (misión Marco) y la Agencia Espacial Europea está viendo la inclusión de nanosatélites en determinados proyectos de exploración de espacio profundo para que realicen actividades científicas complementarias. Luego desde el punto de vista empresarial hay un referente, como Planet Labs donde lanzan cientos de nanosatélites, ya más de cien, para proporcionar imágenes en tiempo real y ofrecérselas luego a clientes que necesitan tener imágenes con mucha periodicidad.
¿Qué opina de que se haya descubierto agua en Marte?
Para los científicos conocer lo que sucedió y está sucediendo en Marte es muy importante para analizar lo que sucede y sucederá también en la Tierra. Y como reto de ingeniería supone desarrollar ciertas tecnologías que luego se van a transferir a tecnologías del día a día en la Tierra, es muy interesante.
¿Cuál será el siguiente satélite de la constelación Humsat?
Trabajamos internamente en el FemtoXat, esperamos completar la financiación para su lanzamiento el año viene, y hay otros países como México, Portugal y de África que mostraron mucho interés, el proceso va paso a paso.
¿Descartan la colaboración con Japón para satélites de mayor tamaño dentro del proyecto Uniform para la prevención temprana de fuego?
Nunca hemos renunciado, todavía no hemos concretado los mecanismos de financiación pero no significa que no estén en el futuro.
¿Está la Universidad de Vigo capacitada para proyectos de esta envergadura?
Desde 2007 hemos formado un grupo de ingenieros con experiencia y capacidad suficiente para abordar proyectos de hasta 50, 65 o 100 kilos, satélites de entre 75 centímetros y un metro de diámetro. Y creo que el centro de innovación aeroespacial proyectado sería un mecanismo adecuado para potenciarlo.
¿Qué supuso trabajar con Brasil?
Fue muy interesante, estamos muy contentos. Nos ha supuesto la internacionalización.
