Seis naves industriales de Beiramar, abandonadas y en ruinas

El entorno del Auditorio se degrada a mayor velocidad

Cordelerías Mar, 20 años cerrada. Se iba a construir un edificio. Lleva 3 años sin licencia
Coinciden los responsables del hotel Carrís, el cuatro estrellas abierto por ahora en el Auditorio, y de Congrevigo, la gestora de eventos y conciertos, en que el entorno del Palacio de Congresos no está a la altura de un edificio simbólico para Vigo.
No sólo por la prostitución y marginalidad que rodean el complejo de Beiramar, sino también por la ruina industrial que no hace sino crecer en Jacinto Benavente. De momento son ya seis las naves están abandonadas. Lo incomprensible es que había proyectos firmes para todos ellos.

La nave de Flex (de Pereira), el frigorífico de Pescanova y el Secadero de Bacalao iban a ser demolidos dentro de una operación, incluida en el Plan General (PGOM) para convertir la zona en residencial, con el traslado de los congeladores a un parque empresarial específico en Matamá: con la crisis, y el cambio en el PGOM -que amplió sin éxito el terreno reservado a viviendas protegidas- los planes se vinieron abajo.

Las otras tres construcciones también tenían destino. Frigoríficos de Vigo había planteado la demolición de su estructura para poder construir viviendas a través de un acuerdo con una promotora que se ha venido abajo. Por su parte, Cordelerías Mar sí logró vender sus derechos a otra empresa. Bouza Alta: lleva tres años intentando conseguir permiso municipal para el derribo del edificio y la construcción de un bloque de pisos que sería el primero de Beiramar. y también la primera licencia otorgada para viviendas colectivas al amparo del PGOM actual. En cuanto a Frigoríficos Berbés, se trata de una concesión que debería rescatar la Autoridad Portuaria pero no resulta sencillo ni barato. Y el entorno sigue hundiendo al Auditorio.

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