vigo

Cuando el género está en el cerebro y no en los genitales

Marc, con su madre Eva, disfruta del apoyo de su familia y de su entorno más cercano.
photo_camera Marc, con su madre Eva, disfruta del apoyo de su familia y de su entorno más cercano.

Marc es un niño de 8 años que nació en un cuerpo femenino. Junto a su familia, es un ejemplo de superación y normalización

“La gente no entiende que tan pequeño, pueda tener su sexualidad tan clara; pero es que cuando nacen, los bebés no hablan y solo nos basamos en sus genitales para determinar su género, cuando en realidad lo dictamina el cerebro”. Así explica Eva que su hijo Marc, de ocho años, haya impuesto su ser a su aspecto. Con toda normalidad, hace un año cambió su nombre y se cortó el pelo. “Ahora es feliz”, afirma su madre.
Marc, junto a su familia, participó ayer en la concentración silenciosa que Chrysalis organizó en las escaleras del Marco en memoria de Alan, el joven transexual que se quitó la vida en Barcelona por no poder soportar el acoso escolar.
El caso de Marc es diferente. Impresiona la naturalidad y la normalidad con que su entorno se enfrentó a esta situación. Gracias a la empatía y a la atención ofrecida por sus padres, el futuro de Marc se asemeja al de cualquier niño de su edad. 
Vive en su localidad natal, en Salceda de Caselas, donde entienden su situación, tal y como reconoce Eva: “Lo cierto es que tenemos mucha suerte con el colegio y los vecinos”. Asegura que la reacción del entorno más cercano puede ser diferente según cada persona. Mientras la abuela tuvo que pasar un duelo, “ella perdió una nieta”, los padres lo vivieron una transición: “Como madre se nota”, reconoce. Entre los vecinos, los profesores y los compañeros de clase también tuvo una buena aceptación. “Los adultos ponen cara de ‘pócker’ en un primer momento, pero lo entienden cuando se le explica; en el caso de los niños es más fácil, encajan las piezas como un puzzle; para ellos es ahora, con el pelo corto, más lógico que  juegue tan bien al fútbol”.
Los grandes conocedores del secreto de Marc fueron sus hermanos mayores. “A los tres años lloraba y se hacía pis si le ponía los vestidos de su hermana; era una ansiedad que yo, que había sido una niña muy masculina, nunca había sentido”, confiesa Eva. Tenía seis años cuando en casa tuvieron lo que recuerdan como “la charla”. “Si soy un chico como es que tengo el mismo cuerpo que tú”, le preguntó entonces Marc a su hermana. Poco después hizo su tránsito social: salió a la calle tal y como se sentía. Le dijo a la profesora de gimnasia que él era un niño y se iba a cambiar en el vestuario de niños. “Al referirme a sus primeros años, decía ‘cuando era una niña’, hasta que Marc me corrigió y me dijo ‘yo nunca fui una niña, pero vosotros no lo veíais’; ahora me refiero a esa época aludiendo a cuando tenía el pelo largo”, confiesa Eva. 
Ella, auxiliar de animación infantil y su marido, empleado en seguridad, se informaron, leyeron y estudiaron para ayudar a su hijo. Tienen miedo a los retos que le esperan a Marc: “Me asustan los cambios, la adaptación al instituto, que conozca a otros niños, pero igual que me preocuparon con sus hermanos”, puntualiza. “Lo que nos queda es apoyarlo muchísimo, ensalzar su aspecto y prepararlo para lo que se puede encontrar”. Estos son los objetivos que se marca Eva y su marido. La fortaleza de Marc es un importante aliado: “Un día unos niños le llamaron travestí, se dio la vuelta y les dijo ‘soy transexual, si no sabéis qué es, buscarlo en el diccionario”, recuerda su madre. 
El Sergas cubre las consultas con la endocrino que le receta unos bloqueantes para evitar los cambios de la pubertad. Un tratamiento reversible en cualquier momento. Por delante le queda una lucha contra la burocracia que su familia ya ha entablado: el cambio de nombre biológico en la tarjeta de sanitaria por el nombre sentido y el reconocimiento legal en el documento de identidad, algo más complicado que requiere la intervención de un juez y el seguimiento de un psicólogo. “Es importante para Marc ver su nombre; en el colegio tienen que mantener el anterior en los documentos que mandan a la Xunta, pero en el resto ya aparece el real y su profesora me decía que nunca podrá olvidar su sonrisa cuando le entregó el primer trabajo asignado a Marc”.n

Te puede interesar