VIGO

El Barrio do Cura se “deshabita” en vísperas de su demolición completa

Uno de los escasos "vecinos" de Barrio do Cura, por uno de los parajes del entorno, entre edificios a demoler.
photo_camera Uno de los escasos "vecinos" de Barrio do Cura, por uno de los parajes del entorno, entre edificios a demoler.

La población “flotante” se ha reducido a un grupo en el asilo tras el desalojo de otros edificios del entorno

La demolición del Barrio do Cura, que tendría que iniciarse este mismo año si los permisos se tramitan y conceden con rapidez, no debería conllevar problemas sociales añadidos gracias a que la zona se ha ido “deshabitando” a lo largo de los últimos doce meses de forma progresiva. Hace dos años, el antiguo Asilo había sido tomado por un grupo organizado de okupas que incluso llegaron a desplegar una bandera en todo el viejo edificio, convertido ya en una ruina. Pero ya no están: se acabaron marchando en parte por su propia voluntad y por la presión de otros inquilinos del asilo, en su mayoría persona “sin techo”, así como un grupo dedicado al "trapicheo" que suele pernoctar por la zona. 
La Policía ha detectado que pese a que la promotora Karpin y Asociados SL, titular de la totalidad del conjunto urbanístico, bloqueó los accesos, se ha practicado una entrada por un lateral que permite que dentro haya actividad permanente y haya grupos durmiendo de forma permanente. No obstante, tanto Policía Local como Bomberos han constatado una actividad menor y una reducción de la violencia, que llevó a varios episodios graves, incluyendo incendios y al menos dos suicidios. 
Más problemas presentaba una edificación que se quedó a medio construir vecina del centro escolar infantil del Berbés y que  llegó a convertirse en refugio permanente de cientos de personas, en su mayoría inmigrantes. La Policía decidió evacuar la estructura después de que un incendio provocado por una explosión obligara a desalojar la guardería.
Con todo, en la promotora destacan que desde que se abrió el refugio vecino todo ha ido más fácil con cientos de personas que han dejado las casas en ruinas de Barrio do Cura para trasladarse a otro lugar mucho más confortable, sobre todo en invierno. “Ahora no hay problemas, sobre todo porque han desaparecido los grupos de okupas, que eran el mayor peligro”, señalaron.
En cuanto al ayuntamiento, se mantiene la vigilancia en la zona pero recordando que se trata de propiedades particulares. En todo caso, también había cierta precaución y más tras las recientes escenas de Barcelona y algunas protestas que han ido apareciendo de forma puntual. La última, en el pleno del pasado mes de mayo, cuando un grupo de supuestos vecinos hicieron ruido y protestaron airadamente cuando la Corporación municipal aprobaba -por unanimidad- el Plan de Reforma Interior Barrio do Cura, que dará paso al desarrollo de la urbanización. Aunque fue una protesta muy minoritaria, se teme que pueda intensificarse si el derribo se inicia coincidiendo con la campaña para las municipales, que se inicia en abril de 2015. Con todo, la clave, y ahí reside la vigilancia, está en que no vuelvan grupos organizados okupas con programaciones y actos. n

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