ELISABETH WARAGA Misionera y Coordinadora de Educación en Entreculturas

“La mayoría de padres de sudán del sur quiere que sus hijas estudien, pero faltan medios”

Elisabeth Wagara, a los pocos minutos de llegar a Vigo.
photo_camera Elisabeth Wagara, a los pocos minutos de llegar a Vigo.

Elisabeth vivió tres décadas de guerra en Sudán del Sur. Cuando tenía 8 años estuvo como refugiada en República Centroafricana, en unos años marcados por la hambruna y la lucha constante por la supervivencia y donde entendió que debía dedicar su vida a la educación de las niñas y a la promoción de la mujer.

 Ahora es licenciada universitaria, hermana misionera de la Bienaventurada Virgen María y coordinadora de Educación en Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados. Estos días visita Galicia acompañada por Luca Fabris, del departamento de África de Entreculturas. Esta organización para la educación y el desarrollo estará presente en el festival de Port América para hablar de Noland, un país virtual que acoge a los 51 millones de refugiados que hay en el mundo y que no pueden ejercer sus derechos fundamentales. Además, la Xunta acaba de aprobar un proyecto de ayuda humanitaria de Entreculturas para los refugiados de Sudán.
 ¿Dónde hay más refugiados?
El 80% de la población refugiada esta acogida en países cercanos a  los que sufren crisis humanitarias. Pakistán es el país que más refugiados percibe del mundo, procedentes de Afganistán, los países alrededor de Siria y en el Cuerno de África Etiopía y Kenia.
¿Cómo es la situación de la mujer en Sudán del Sur? ¿Tienen el mismo acceso a la educación que los varones?
El acceso a la educación es más complicado para las niñas. Hasta cuarto de Primaria acceden igual que los niños, pero a partir de ahí se produce una caída en picado por matrimonios precoces o por la situación de pobreza que viven muchas familias y a la hora de escoger dan prioridad a los niños.
¿En qué medida llegan a la Universidad y al mercado laboral?
El principal problema para acceder a la Universidad y a la educación Secundaria es la pobreza. Las pocas que terminan el segundo ciclo de Primaria no tienen recursos para pagar las matrículas y el material educativo en la Universidad o en la educación profesional y luego conseguir un trabajo. La situación no era fácil antes del conflicto, pero con la guerra se complica. Desde el Servicio Jesuita al Refugiado facilitamos el pago de matrículas, la distribución de material escolar y del kit sanitario (compresas y jabones). Las que van a la escuela son niñas inteligentes que tienen un buen rendimiento escolar. Además hay pocas universidades.
¿La educación se percibe como un derecho o hay trabas de tipo cultural para el acceso?
La situación está mejorando al ver lo que pasa en otros países, la mayoría de los padres son conscientes de su importancia y quieren que sus hijas accedan a la educación. El problema viene después: ¿qué sentido tiene llegar a Secundaria si luego no pueden seguir?.
¿Cómo afecta la guerra a la zona donde vive, Yambio?
En Yambio no hay conflicto, pero estamos recibiendo a muchas personas desplazadas del centro del país. Uno de los efectos es el aumento de la población infantil y la demanda de escuelas, que en casos extremos llegan a tener a más de  cien alumnos por profesor. Otro problema es que los varones han sido reclutados para la guerra y hace que disminuyan los docentes, estamos intentando formar a mujeres para que sean profesoras.
¿Qué medidas propone para que las niñas sigan sus estudios?
Una de las propuestas es que las universidades y las escuelas profesionales puedan conceder becas y facilitar el acceso de las chicas que tengan buen resultado en Primaria, no solo por el bien de la persona sino porque estas mujeres son un patrimonio para el país y para que puedan contribuir al desarrollo del país. Y para las que viven lejos sería necesario construir alojamientos al lado de los centros educativos.
Es su primera vez en Galicia, ¿qué le ha parecido?
La gente es muy hospitalaria y muy amable, estoy recibiendo mucho cariño. Me impresionó mucho que la gente está muy ocupada y trabaja mucho. n

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