Sevilla llora a la Duquesa de Alba

El marido y el primogénito de la duquesa de Alba, Alfonso Díez (2i) y Carlos Martínez de Irujo (i), respectivamente
photo_camera El marido y el primogénito de la duquesa de Alba, Alfonso Díez (2i) y Carlos Martínez de Irujo (i), respectivamente

Respetuoso silencio en la capilla de la Duquesa de Alba mientras cientos de personas acuden a darle su último adiós

El salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla acoge en estos momentos la capilla ardiente con el féretro que guarda los restos mortales de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, XVIII duquesa de Alba, XI duquesa de Berwick y 14 veces Grande de España, después de su traslado desde el Palacio de las Dueñas. A las puertas del Ayuntamiento, entretanto, no cesan de congregarse ciudadanos para guardar cola y subir hasta la capilla ardiente para dar su último adiós a la conocida aristócrata. 

El féretro de Cayetana Fitz-James Stuart y Silva corona así el salón Colón, corazón de la Casa Grande hispalense y lugar habitual de celebración de los actos institucionales y los plenos, cubierto por la bandera de España y la de la Casa de Alba. Descansa además bajo dos lienzos que muestran las tallas de la Hermandad de los Gitanos, a la que la duquesa profesaba una intensa devoción y a la que pertenecía. Los priostres de la hermandad de los Gitanos, además, han instalado en torno al féretro los hachones rematados con cirios usados normalmente durante los cultos de la hermandad. 

A ambos lados del féretro, y en respetuoso silencio, los familiares y allegados velan el cadáver, toda vez que los ciudadanos que se han acercado hasta el Ayuntamiento para dar su último adiós a la duquesa y mostrar sus respetos a la familia acceden al salón Colón a través de un pasillo acotado a tal efecto y abandonan el mismo a través del salón Santo Tomás. 

Y es que no son pocas las personas que se acercan hasta el Ayuntamiento de Sevilla para saludar por última vez a la aristócrata y dar sus condolencias a la familia. Bastante antes de que fuese abierta la capilla ardiente, de hecho, numerosas personas hacían cola para acceder al Ayuntamiento y sobre las 14,00 horas, cuando ha sido abierta la capilla, serían más de 350 las personas allí congregadas, toda vez que la cola habilitada a las puertas del Ayuntamiento se alimenta del goteo de personas que se acerca hasta la Casa Grande hispalense.

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