Sociedad

La Iglesia católica prohíbe esparcir o conservar las cenizas de los difuntos

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller.
photo_camera El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller.

El nuevo documento presentado por la Santa Sede contempla el supuesto de negar el funeral al fallecido si se incumple

 La Iglesia católica prohíbe a sus fieles esparcir las cenizas de los difuntos, dividirlas entre los familiares y también que sean conservadas en casa, según un nuevo documento publicado este martes. La Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, redactó un nuevo documento con el nombre de "Instrucción Ad resurgendum cum Christo" que sustituye al anterior de 1963, que fue aprobado el 18 de marzo de 2016 por el papa Francisco y que pone orden ante las nuevas prácticas tanto de sepultura como de cremación consideradas "en desacuerdo con la fe de la Iglesia".
En el documento se explica que aunque la Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, se acepta la cremación pero se prohíbe esparcir las cenizas, dividirlas entre familiares o conservarlas en casa. "Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no será permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos", se lee en este documento. Además, advierte que "en el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias". Aunque después se especificó durante la presentación del documento que la negación del funeral será sólo si el difunto manifestó en sus últimas voluntades el deseo de esparcir las cenizas con expreso rechazo de las prácticas de la fe cristiana.

en el hogar, solo excepciones
La Iglesia católica señala que no se pueden permitir "actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como anulación definitiva de la persona, o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación, o como la liberación definitiva de la "prisión" del cuerpo".
El ex Santo Oficio agrega además que la conservación de las cenizas en el hogar está permitida "sólo en casos de graves y excepcionales circunstancias", y cuando una persona lo pida "por piedad o cercanía", explicó el consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el español Ángel Rodríguez Luño, en la rueda de prensa de la presentación del documento. Para la Iglesia, "la conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana". Así, agregan, "se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas".

el vaticano, tajante
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Mueller, explicó ante estas decisiones que "los muertos no son propiedad de los familiares" y que "son hijos de Dios, forman parte de Dios y por ello no se celebran ritos privados sino ceremonias públicas y esperan en un campo santo su resurrección". 
La Iglesia, aunque autoriza la cremación "por razones de tipo higiénico, económicas o sociales", prefiere la sepultura de los difuntos porque "favorece el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de los familiares y de toda la comunidad cristiana".

La ausencia de una ley estatal hace que las posibilidades, de momento, sean "infinitas”

Con las cenizas "se puede hacer lo que uno desee porque no son restos humanos", sentencia Josep Ventura, vocal de la asociación que representa al sector funerario (Panasef), quien argumenta que no existe una ley general de servicios funerarios, en la que se regule precisamente qué se puede hacer con ellas. Lo que sí existen son algunas normativas y ordenanzas municipales que prohíben el deposito de urnas e incluso el esparcimiento de las cenizas en determinados lugares y que contemplan sanciones económicas.
Sin una ley estatal, las posibilidades a día de hoy "son infinitas", y de ello se han hecho eco empresas como "Eternima", que nació hace dos años después de que un grupo de amigos conversará que es lo que podía hacer uno de ellos para mantener el recuerdo vivo y palpable de un ser querido que acaba de marcha, tal y como ha señalado su responsable, Matthew Dalmain Jones. Descubrieron que habían pocas alternativas a la hora de recibir los restos incinerados (esparcir las cenizas o llevarlas a una propiedad privada), exploraron las posibilidades para recordar a los seres queridos y se pusieron manos a la obra para ofrecer alternativas.

AMPLIA VARIEDAD DE PRODUCTOS
Los productos más destacados de su cartera son los artículos de cristal (espirales, relojes de arena o arbolitos hechos a mano en la República Checa) en los que se introducen las cenizas del difunto. Dispone también de diamantes, aunque la demanda de este producto debido a su precio, unos 3.000 euros, es menor. Se obtienen a partir del carbono presente en las cenizas, que es tratado en laboratorio a alta temperatura y presión.
Ofrecen también cuadros con el propio retrato del difunto o alguna afición que tuviera mucha importancia para éste. Las cenizas se impregnan en el lienzo sobre el que se pinta. Pero éstas se pueden llegar incluso a convertir en tatuajes. Los tatuadores las esterilizan y las mezclan con la tinta para tatuar para que de esta manera los difuntos queden para siempre en la piel del familiar.n

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