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El presidente alemán media para la formación de gobierno

Frank-Walter Steinmeier, con el líder del Partido Liberal, Christian Lindner.
photo_camera Frank-Walter Steinmeier, con el líder del Partido Liberal, Christian Lindner.

Frank Walter Steinmeier inició consultas al fracasar los intentos de coalición de Ángela Merkel

n n n El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, empezó ayer a ejercer formalmente como árbitro en la encrucijada en la que se encuentra su país, tras fracasar el intento de la canciller, Angela Merkel, de formar gobierno con liberales y verdes. Steinmeier, un socialdemócrata que lleva siete meses en el cargo, abrió sus consultas con los líderes de los Verdes, Cem Özdemir y Simone Peter, y a continuación con el del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, las dos formaciones con las que el bloque conservador de Merkel negoció durante cinco semanas un preacuerdo de coalición.
Los ecologistas acudieron a la reunión desde su condición de partido que, hasta el último minuto, buscó constructivamente un compromiso sin renunciar a principios para ellos esenciales, especialmente en materia medioambiental y política migratoria.
El líder liberal lo hizo como el responsable del fin de esa negociación, ya que fue él quien anunció su ruptura, la medianoche del pasado domingo, con la frase "Mejor no gobernar que gobernar mal".
Steinmeier está llamado a desempeñar ahora un papel clave en la búsqueda de soluciones, tanto por las atribuciones de su puesto como por sus dotes diplomáticas. Al presidente le compete proponer a la cámara baja un candidato a canciller, que precisará para ser elegido de la mayoría absoluta, en las dos primeras rondas, o mayoría simple, en la tercera, tras lo cual tiene la potestad de nombrarlo o de disolver el Parlamento.
En Steinmeier confluye una serie de características que le predestinan a ejercer de árbitro, tras haber sido ministro de Exteriores tanto en la primera como en la tercera legislatura de Merkel, además de su rival en la lucha por la Cancillería en 2009. Tiene, por un lado, la confianza de la canciller y, por el otro, es figura relevante del Partido Socialdemócrata (SPD), formación que tendría la llave para resolver la situación, si su líder, Martin Schulz, diera marcha atrás en su negativa a otra gran coalición.n

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