Comunidades enteras permanecen aisladas en EEUU, en tanto China sufre ahora al supertifón
nnnFlorence y Mangkhut, el huracán que azota la costa este de Estados Unidos y el tifón que ha asolado el norte de Filipinas y sigue camino por el sudeste de China y Vietnam, no han perdido capacidad destructora. En el país norteamericano, Florence ha dejado 18 muertos pero los expertos alertan que "lo peor está por llegar", al menos en Carolina del Norte, donde se teme que las intensas lluvias desborden los ríos y dejen comunidades completamente aisladas durante semanas.
Comunidades enteras permanecen ya aisladas. En Carolina del Norte, 15.000 personas están en refugios de emergencia. Sólo en la localidad de New Bern, las carreteras están intransitables, hay 4.200 casas y 300 comercios dañados y 6.000 personas sin electricidad (455 tuvieron que ser rescatadas mientras el agua y el barro rodeaban sus hogares o sus negocios).
Roy Cooper, gobernador del estado, subrayó que "la tormenta nunca ha sido más peligrosa de lo que es ahora", al tiempo que alertó sobre el riesgo de corrimientos de tierra en las áreas más montañosas.
En Wilmington, la octava ciudad más grande del estado y localidad natal de la leyenda del baloncesto Michael Jordan, han quedado completamente aislados. Asimismo, la subida de las aguas en ambas Carolinas amenaza además con anegar inmensas granjas de cerdos, aves de corral y depósitos de carbón que están localizadas en áreas bajas y que se encuentran bajo el riesgo de inundación, con el riesgo medioambiental y contaminante que podría acarrearse.
Igualmente, otros estados del país, como Ohio o West Virginia, se preparan para la llegada masiva de lluvias y fuertes vientos.
El presidente del país, Donald Trump, ha declarado zona de desastre varios condados de Carolina del Norte, una medida que facilita la liberación de fondos estatales para iniciar las tareas de reconstrucción.
El tifón
Al otro lado del planeta, Mangkhut provocó la muerte de al menos 66 personas en el Norte de Filipinas y cuatro más en el sur de China. Los equipos de rescate en Filipinas están cavando con sus manos entre los escombros para tratar de rescatar a familias enteras sepultadas por los corrimientos de tierras provocados por las intensas lluvias.
El supertifón tocó tierra el domingo por la tarde en la ciudad de Jiangmen, en Cantón, con vientos de hasta 162 kilómetros por hora. En China, tres personas murieron por la caída de árboles en Guangzhou, en tanto otra más falleció por la caída de material de construcción en la ciudad de Dongguan.
El paso del supertifón ha provocado que más de 3,11 millones de personas hayan tenido que ser reubicadas y que más de 49.000 barcos pesqueros hayan tenido que permanecer amarrados. Y el transporte público se encuentra paralizado en su práctica totalidad. n
