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Crece la presión en Reino Unido para un segundo referéndum

May, durante la rueda de prensa tras el Consejo de la UE del pasado viernes, en Bruselas.
photo_camera May, durante la rueda de prensa tras el Consejo de la UE del pasado viernes, en Bruselas.

Al menos cinco miembros del Ejecutivo de May se muestran partidarios de convocar otra consulta

nnn La presión para respaldar un segundo referéndum sobre el "brexit", ante la falta de una mayoría que apoye el acuerdo al que ha llegado el Gobierno británico con Bruselas, continuó ayer aumentando para la primera ministra, la conservadora Theresa May, y el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn. Medios británicos aseguran que altos cargos del gabinete de May han comenzado a diseñar planes para una eventual consulta a espaldas de la jefa de Gobierno, a pesar de que ella ha recalcado su oposición a ese plebiscito.
Al mismo tiempo, una parte de las bases del Partido Laborista han iniciado una campaña para defender una consulta, aunque miembros de la dirección temen que esa opción podría dañar sus opciones electorales, dado que una parte de sus votantes defendieron el "brexit", según reveló "The Observer". El también laborista Tony Blair, primer ministro británico entre 1997 y 2007, fue ayer el blanco de las críticas de May, tras haberse expresado esta semana a favor de posponer el "brexit" y convocar un segundo referéndum.

Críticas contra Blair
May, que aún confía en obtener concesiones de Bruselas que faciliten la ratificación en el Parlamento del acuerdo al que llegó a finales de noviembre con la Unión Europea (UE), dijo que la postura de Blair es "un insulto al cargo que una vez ocupó". El antiguo mandatario laborista pidió a la UE que acepte modificar la libre circulación de movimientos, uno de los principales puntos que llevó al 51,9 % de los votantes a optar por el "brexit", para que más británicos defiendan quedarse ahora en el bloque.
A pesar de la oposición de May al plebiscito, "The Sunday Times" asegura que el "número dos" del Ejecutivo, David Lidington, ha comenzado a sondear a diputados sobre el posible apoyo que tendría un referéndum en la Cámara de los Comunes. Al menos cinco miembros del Ejecutivo defienden esa vía, mientras que cada vez más miembros del Partido Conservador quieren que la primera ministra les otorgue libertad de voto para decidir sobre el camino a seguir si el Parlamento tumba el acuerdo del "brexit", según los medios.
Lidington, que la semana pasada advirtió de que un nuevo referéndum podría aumentar la división en el país, no negó las informaciones publicadas y se limitó a señalar en las redes sociales que como ministro del Gabinete escucha "los puntos de vista de diputados en todos los bandos en el debate sobre la Unión Europea".
El titular de Comercio Internacional, Liam Fox, dijo, por su parte, que no consideraría un "problema" que los parlamentarios tuvieran libertad de voto para pronunciarse a favor de una consulta u otras opciones respecto al proceso del "brexit", aunque se posicionó en contra de un plebiscito. 
El ministro de Educación, Damian Hinds aseguró, por su parte, que "no hay política del Gobierno que esté más clara" que la negativa a un referéndum y subrayó que el Ejecutivo cumplirá "con la voluntad que el pueblo británico expresó" en 2016. 

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