Carmelita descalzo y estudioso de Santa Teresa de Jesús, el Padre Guerra Sancho (1938) fue ayer el invitado en los “Coloquios de la Soledad”. Vecino de la parroquia viguesa del Carmen, abordó los aspectos más desconocidos de la primera mujer nombrada Doctora de la Iglesia.
Este año se celebra el quinto centenario de Santa Teresa .¿Se le ha hecho justicia?
Ya en 1982, un gran investigador de su figura me aseguró que Santa Teresa estaba y está secuestrada. Se centraron solo en su espiritualidad, tan elevada, que olvidaron la humanidad de Santa Teresa. Ella misma le dijo a una de sus monjas “no somos ángeles, tenemos cuerpo”.
¿Cómo era la parte más humana de Santa Teresa?
Era una gran economista. Sabía mucho de negocios y administrar el dinero. Fundó 16 conventos y lo consiguió sin una perra, comprando edificios y modificándolos. Ella misma se califica como “baratona”, que significaba negocionadora.
Su faceta literaria ha dado mucho de que debatir. ¿Por qué es tan especial?
Lo que presenta como humildad (dice “soy mujer ruin, que no valgo nada”) es en realidad un trastorno de la retórica para burlar el control de la Inquisición y poder hablar de cosas que de otro modo no podría. De los escritos de Santa Teresa se ha dicho que siempre hay un lector que ganar y un censor que esquivar.
¿Qué hay de su fama de feminista?
En sus “Relaciones de confesor” se cuestiona si tenían razón cuando decían que debía quedarse en clausura a rezar y no salir a fundar basándose en San Pablo. Y Dios contestaba “que no se fijen en un solo texto”, y si por ventura podría alguien atarle las manos. En “Camino de perfección” se encuentra el considerado como uno de los primeros manifiestos feministas. En él dedica palabras muy duras a la Inquisición. Dice “los jueces de la Tierra son todos varones y no hay virtud de mujer de la que no sospechen”.
¿Fue una reformista?
Fue una emprendedora. Ese carácter ya estaba presente cuando a los nueve años se escapa de casa con su hermano. Querían ir a la ciudad de los moros para que os decapitasen y así poder entrar en el cielo.
¿Cuál fue su labor social?
No dejó ninguna obra, pero a partir de 1562 sufrió una transformación, sintiendo mayor sensibilidad hacia los pobres. Reconoció que aunque daba limosnas, no sentía piedad.n
