REPORTAJE

Un minuto para salvarse en el mar

La tripulación del pesquero de A Guarda "Ameal", ayer en el Berbés. El día 8 partirá a las Azores.
photo_camera La tripulación del pesquero de A Guarda "Ameal", ayer en el Berbés. El día 8 partirá a las Azores.

El pesquero "Ameal" realizó ayer en el puerto de Vigo un simulacro de emergencia, una acción que la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu) ha extendido a toda su flota con formación cada 15 días en puerto y en alta mar

Embarcamos en el "Ameal", un buque palangrero guardés que desde hace 17 años captura pez espada en aguas de las Islas Azores, en el Atlántico Norte. Nunca ha sufrido ningún accidente, ni siquiera leve, pero su tripulación se prepara por lo que pueda pasar en el mar. "Tenemos conocimientos pero en un momento así los nervios te pueden traicionar y en cuestión de segundos se pueden perder vidas", indica Orlando Ameal, patrón del barco que ayer se encargaba de coordinar las labores en un simulacro de emergencia que los marineros realizaron en el Berbés. Allí vivieron un supuesto fuego en la cocina del barco y comprobaron lo fácil que es apagarlo si se actúa rápido y bien. "Es fácil decirlo, pero lo más importante es  que cada uno sepa cuál es su papel. Los patrones son los que llevan la batuta y todos deben saber cuál es la labor de cada uno para poder realizarla si alguno pierde los nervios, algo que es normal", explica Rafael Coma Samartín, técnico en prevención de la empresa Mugatra que ayer se encargó de supervisar el simulacro. Asegura que en un accidente marítimo en el mar "el tiempo es oro", de ahí que haya que actuar desde "el minuto cero". "Lo primero que hay que hacer es ponerse el chaleco salvavidas, es una acción que debería ser instantánea y, si da tiempo, colocarse el traje, pero el chaleco es lo primordial y hay que hacerlo correctamente porque por no colocarlo bien hay gente que perdió la vida". Otra prioridad es coger un medio transmisor para poder pedir ayuda al exterior y, después, colocar las balsas. 
El especialista hace hincapié en la importancia de la formación y de "reciclarse continuamente". "Tiene que salir de manera automática, los simulacros a bordo son muy relevantes porque se vive casi como si fuera real y los primeros segundos marcan la diferencia entre sobrevivir o morir", indica.
Sus clases prácticas y teóricas han dejado huella en algunos marineros, que recuerdan cómo el cocinero del palangrero "Balueiro Terceiro", que se hundió hace cuatro años en las islas Fiji en el Pacífico Sur, tuvo la habilidad de coger agua recordando un cursillo que había impartido Samartín. "En ocasiones determinadas, como ésta, después del chaleco es importante tener agua para beber si hablamos de zonas donde pueda pasar bastante tiempo hasta que se rescata a los marineros", explica.
La Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), con 40 barcos asociados, lleva todo el año diseñando un plan de simulacros que ya ha extendido a la totalidad de su flota. "Afortunadamente sólo tenemos que lamentar la pérdida del "Balueiro", hubo algún incendio pequeño o accidentes laborales pero los índices de siniestralidad de nuestros barcos son bastante bajos", indica Joaquín Cadilla, presidente de Orpagu.n

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