Zarate es una propiedad familiar situada en Meaño, corazón del Val do Salnés, en la Denominación de Origen Rías Baixas y se ha colocado este año en el Top 100 mundial de la revista americana Wine&Spirits, una de las más valoradas del sector. Sólo 5 bodegas españolas figuran en este listado y Zarate es la única de Rías Baixas.
La propiedad se enclava en un Pazo que fue construido en el siglo XVI y reedificado totalmente en el XVIII. La bodega es pionera de la elaboración del vino albariño tal y como se conoce hoy en día. En los años 50 Ernesto Zárate fue el fundador de la Fiesta del Albariño de Cambados ganando durante tres años consecutivos el primer premio, 1954, 1955 y 1956, después de su tercer triunfo se retira y no vuelve a presentar sus vinos al concurso. Después de 7 generaciones la familia Zárate continúa cuidando los viñedos familiares y elaborando el vino. Desde la cosecha 2000 Eulogio Pomares dedica todo su tiempo al cuidado de los viñedos y a la elaboración del albariño Zarate siendo su enólogo viticultor.
¿Qué supone para Zarate colocarse entre las 100 primeras bodegas del mundo, según Wine&Spirits?
Un paso muy importante para consolidarnos en el mercado estadounidense, en estos momentos Estados Unidos es el primer país en consumo del vino tanto en valor como en volumen por lo que si una bodega quiere triunfar en exportación el primer país en el que debe destacar es en el norteamericano. Por otra parte para los nuevos países consumidores del sureste asiático el mercado estadounidense es en el que se fijan los compradores para elegir los vinos que van a importar en estos países.
Es una bodega pequeña, ¿cómo se sobrevive en el mundo del vino manteniendo la esencia con esta dimensión?
Todas las grandes bodegas del mundo son pequeñas, ya que se caracterizan por la elaboración de vinos exclusivos que provienen de parcelas con unas características únicas, solo tenemos que fijarnos en Pomerol, Borgoña, Mosela, Bolgheri, incluso Napa. Estas bodegas elaboran producciones de entre 10.000 y 100.000 botellas. Más del 75% del trabajo que nosotros realizamos se centra en el viñedo, en todo el vino que elaboramos las uvas provienen de parcelas de la propiedad. En la vinificación somos muy poco intervencionistas para intentar reflejar en el vino las características de nuestro Terroir.
¿Qué hace que uno se embarque en un proyecto como Zarate?
Es un proyecto familiar en el que el primer recuerdo que tienes de la infancia es la vendimia, mis hijos que tienen 4 y 7 años ya me ayudan en bodega y al pequeño le encanta catar todos los vinos que yo pruebo. Esta profesión es totalmente vocacional ya que el trabajo que realizamos en el viñedo es muy lento y se tarda más de una generación en obtener resultados.
¿Por dónde va el futuro de Zarate?
Estamos totalmente volcados en la viticultura sostenible, en estos momentos ya tenemos 2 parcelas jóvenes de viñedo en las que aplicamos los principios de la biodinámica y la viticultura orgánica. La viticultura convencional no tiene futuro, los nuevos consumidores están en países no productores del norte de Europa: Escandinavia, Benelux y también en Estados Unidos en los que existen una gran concienciación medioambiental y que buscan vinos naturales.
Teniendo en cuenta que el vino es algo desconocido para los jóvenes, ¿qué camino ve al futuro de los vinos con denominación?
Es algo que debemos cambiar, los jóvenes españoles tienen que iniciarse en el mundo del vino, en muchos países el vino está de moda entre los jóvenes. España es el primer país productor de vino en el mundo y ya se encuentra a la cola de Europa en cuanto a consumo, es el gran drama al que nos enfrentamos. Solo son capaces de sobrevivir las bodegas que son capaces de exportar más de un 60% de su producción. Personalmente creo que el granel no tiene futuro. Galicia tiene todo el potencial para convertirse en la borgoña española, tenemos una gran diversidad de variedades, climas, suelos en una zona geográfica pequeña, bajos rendimientos y gran calidad, creo que nuestro gran error es no ser capaces de vender bien nuestros vinos.
Y con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo ve a Rías Baixas?
Rías Baixas tiene un enorme futuro, elaboramos blancos y tintos a partir de variedades únicas en el mundo y los vinos tienen una gran calidad. Creo que en estos últimos 25 años de la Denominación de Origen Rías Baixas se ha realizado un excelente trabajo, los vinos se exportan a más de 75 países y gozan de gran prestigio. De cara al futuro creo fundamental diversificar las elaboraciones y tipologías de vinos, hay un gran mercado para los blancos maduros y nosotros tenemos todo el potencial para elaborarlos.
